"Porque en él fueron creadas todas las cosas, las que hay en los cielos y las que hay en la tierra, visibles e invisibles; sean tronos, sean dominios, sean principados, sean potestades; todo fue creado por medio de él y para él" (Colosenses 1:16).

LA SEMANA DE LA CREACIÓN

domingo 8 de enero, 2012

"En el principio creó Dios los cielos y la tierra" (Génesis 1:1). ¿De qué manera este inicio convierte la Biblia y el evolucionismo en mutuamente excluyentes?

El Génesis comienza con Dios en acción como Creador. No da ninguna explicación ni presentación, Dios está allí. Lo más cercano a una prueba de la existencia de Dios podría ser el sentimiento del salmista: "Dijo el necio en su corazón: No hay Dios" (Salmos 14:1).

Los eruditos notan una habilidad artística asombrosa no solo en el acto mismo de la creación, sino también en cómo se la presenta en la Biblia.Génesis 1:2 introduce la organización de las obras de Dios: "Y la tierra estaba desordenada y vacía". En los tres primeros días él "dio forma" a lo que estaba desordenado, y en los otros tres días "llenó" lo que estaba "vacío".

O sea, la luz creada el día uno es completada el día cuatro con el sol y la luna (hizo también las estrellas, Génesis 1:16). El aire y el agua que habían sido atendidos en el día dos se llenaron con las aves y las criaturas acuáticas en el día cinco (Génesis 1:6-8, 20-23). La tierra seca separó las aguas, y luego fue llenada con vegetación, el día tres (Génesis 1:9-13), y se completó con los animales terrestres y los seres humanos el día seis. Finalmente, todo fue evaluado como "bueno en gran manera" y celebrado por Dios mismo el séptimo día (Génesis 2:1-3.).

Esto no deja ningún lugar para el azar. Por el contrario, los textos enseñan que todo fue planificado y llevado a cabo.

De acuerdo con los siguientes textos, ¿quiénes creyeron en el informe bíblico de la creación? Mateo 19:4; Éxodo 20:8-11; 1 Timoteo 2:13; Isaias 40:26.

Toda la Biblia testifica que cuando Dios creó el mundo, dijo y existió, así como lo describe Génesis 1 y 2. Las Escrituras no dejan espacio para especular en este asunto. Uno puede escoger la creación o el evolucionismo, pero la honestidad no permite mezclar las dos ideas. Los textos mismos no nos dejan esa opción.