"Porque en él fueron creadas todas las cosas, las que hay en los cielos y las que hay en la tierra, visibles e invisibles; sean tronos, sean dominios, sean principados, sean potestades; todo fue creado por medio de él y para él" (Colosenses 1:16).

LOS CIELOS CUENTAN

martes 10 de enero, 2012

Los Salmos contienen muchos cantos de alabanza al Creador, que cuentan el júbilo por las “grandes obras” de Dios.

El Salmo 19. El progreso del pensamiento es audaz. David describe la gloria del cielo y del sol abrasador. Compara el sol con un novio que sale para su boda y un atleta que se adiestra (versiculos 1-6). Luego, vincula el esplendor del sol con la perfección de la Ley de Dios, y con los grandes actos creativos de Dios (versiculos 7-11).

El Salmo 92. Este “canto para el sábado” se inicia con la adoración de un corazón agradecido. Quien estudia “las obras de tus manos” y “tus obras” en los Salmos (o en cualquier otro libro bíblico), notará las alabanzas del mundo creado, incluyendo la Biblia. Y cuanto más aprendamos de las obras creadas por Dios –sea en los detalles estudiados con un microscopio, o la estrella o la galaxia más distante con un telescopio, o cualquier criatura animal (sea que nade, vuele o camine)–, tanto más nos sorprenderemos por la actividad creativa de Dios. Los científicos siguen aprendiendo, no solo de las diferentes plantas y animales, sino también de todos los sistemas de la compleja red de la vida. Cuanto más estudian, tanto más sorprendente aparece todo.

“La mandíbula, claramente, no es un ejemplo de diseño inteligente; más bien, es una adaptación imperfecta que ha ocurrido como resultado de la selección natural, operando con los materiales que tiene a mano para reformar y acortar el hocico de un mamífero para transformarlo en una cara”.–Owen Gingerich, God’s Universe, pp. 98, 99. ¿En qué punto importante se equivocó este “cristiano” que trató de mezclar el evolucionismo con un concepto cristiano del mundo?

El mundo creado revela el amor y el poder del Creador. Pero ha sido devastado por el pecado, como vemos en los trastornos causados por la gran controversia: enfermedad, muerte, desastres naturales. Nada ha escapado, en la creación terrenal incluso ningún ser humano. Y no obstante, aun en medio de esta devastación, podemos ver el amor del Creador. La clave es concentrarnos en lo bueno. Por ejemplo, vemos un cerezo atacado por una plaga que destruye todo el fruto, pero ella no puede borrar el amor y la bondad revelados en el árbol mismo, que señalan al carácter del Creador.