“El Cordero que fue inmolado es digno de tomar el poder, las riquezas, la sabiduría, la fortaleza, la honra, la gloria y la alabanza” (Apocalipsis 5:12)
LA SALVACIÓN EN ISAÍAS
En el camino a Emaús, Jesús expuso a los dos discípulos la expiación, "desde Moisés, y siguiendo por todos los profetas" (Luc. 24:27). ¿Qué materiales proféticos pudo haber incluido Jesús en su estudio de la expiación?
Es muy probable que, entre los profetas, Jesús se haya referido a Isaías.
Lee Isaías 53, que habla del "siervo sufriente". Describe los detalles incluidos allí que nos ayudan a captar mejor la expiación de Cristo.
En este capítulo, sobresale la sustitución que realizó el Siervo Sufriente. Nota todas las veces que paga el precio por los pecados de otros. Una y otra vez aparece este tema, y nos enseña que el centro de la salvación, de la expiación, es la muerte de Jesús en nuestro favor. Hemos violado la Ley de Dios, y no podemos hacer nada para resolver el problema. Todas nuestras obras buenas no pueden cruzar el abismo entre nosotros y Dios. El único camino para salvarnos era que Jesús pagara el precio en nuestro lugar, y luego nos ofreciera su perfecta justicia, que reclamamos por fe.
Si nuestras obras hubiesen podido ponernos en armonía con Dios, Jesús no habría tenido que morir. Pero él murió, y con su muerte logró hacer la expiación. Necesitábamos esa prueba para ver que no podemos ganar nuestra salvación; la salvación, en cambio, es un don de la gracia.
Lee 1 Pedro 1:19, y 2:21 al 25. ¿Cómo aplica Pedro partes de Isaías 53 en su explicación de la muerte expiatoria de Cristo en nuestro favor?
Isaías 53 presenta la explicación teológica más clara de la cruz, mostrando en forma inequívoca lo que la cruz representa. Muestra a Cristo muriendo por nosotros, cargando sobre sí el castigo que nosotros merecemos.
Lee Isaías 53 y piensa en las escenas finales de la vida de Cristo. Al hacerlo, recuerda que allí se describe a nuestro Dios, el Creador. ¿Cómo podemos lograr que nuestra mente capte esta sorprendente verdad?