“Tomó, pues, Jehová Dios al hombre, y lo puso en el huerto de Edén, para que lo labrara y lo guardase” (Génesis 2:15).
UNA DECLARACIÓN SOBRE EL CUIDADO DE LA CREACIÓN
¿Cómo considera la Iglesia Adventista del Séptimo Día el tema del medioambiente? Aquí hay una declaración oficial (1995).
“Los adventistas creen que la humanidad fue creada a imagen de Dios, y así representan a Dios como administradores, para gobernar el ambiente en forma fiel y fructífera.
“Lamentablemente, la corrupción y la explotación han entrado en la responsabilidad de la administración del dominio humano. En forma creciente, los hombres han estado involucrados en una destrucción megalomaníaca de los recursos de la Tierra, lo que resulta en sufrimientos extendidos, desarreglos ambientales y la amenaza de cambios en el clima. Aunque la investigación científica debe continuar, resulta claro por las evidencias acumuladas que el aumento de emisión de gases destructivos, el agotamiento de la capa protectora de ozono, la destrucción masiva de los bosques americanos y el así llamado “efecto invernadero”, todos amenazan el ecosistema de la Tierra.
“Estos problemas son principalmente debidos al egoísmo humano y a la búsqueda egocéntrica de tener más y más, mediante la producción siempre creciente, el consumo ilimitado y el agotamiento de los recursos no renovables. La crisis ecológica está arraigada en la avaricia de la humanidad y en el rechazo de la práctica de una buena y fiel administración dentro de los límites divinos de la creación.
“Los adventistas abogan por un estilo de vida sencillo y saludable, en el que la gente no participa de la rutina del consumismo ilimitado, la búsqueda incesante de bienes y la producción de basura. Llamamos a respetar la creación, a restringir el uso de los recursos del mundo, a evaluar de nuevo las necesidades personales y a reafirmar la dignidad de la vida creada”.–ADCOM, 1995.
¿Cómo estos textos nos ayudan a comprender esta declaración de la iglesia? Génesis 1:1, 26; 9:7; Salmos 24:1; Salmos 100; Santiago 5:1, 2, 4, 5; Hebreos 1:3.
Quienes creemos que este mundo, la vida y los recursos son dones de Dios, debemos procurar cuidarlo. Si la Tierra es un resultado del azar, podríamos explotar todo para nuestros propios fines. Pero al comprender que Dios creó este mundo y lo sostiene, debemos ser mayordomos responsables de ella.
¿Cómo impacta tu propio egoísmo el modo en que tratas el medioambiente? ¿Está mal pensar: “Bueno, yo soy solo una persona; entonces, ¿qué importa?”