“Una cosa he demandado a Jehová, esta buscaré; que esté yo en la casa de Jehová todos los días de mi vida, para contemplar la hermosura de Jehová” (Salmos 27:4).
DIOS COMO AUTOR
Los eruditos bíblicos quedan impresionados por la calidad literaria de la Biblia. En algunas universidades seculares, se dan cursos de la Biblia como literatura. La estudian, no como la Palabra de Dios, sino por su belleza literaria.
Como cristianos, podemos gozar no solo la belleza literaria de la Biblia, sino conocer las verdades acerca de Dios, que son revelados en ella. La construcción artística de los relatos y la poesía, influenciada por el Espíritu de Dios (aunque escritos por los profetas), nos ayudan a comprender esas verdades.
El apóstol Pablo, por ejemplo, en su discurso teológico complejo, incluye valiosos elementos literarios. En los primeros once capítulos de Romanos, Pablo da un informe amplio del evangelio. Repasa estos capítulos y notarás los diversos temas que Pablo entrelaza.
Lee Romanos 11:33 al 36. ¿Qué está sucediendo aquí?
Como un caminante que llegó a la cumbre de una montaña, el apóstol –que ha planteado el vasto panorama de la historia de la salvación– ahora estalla en una alabanza y adora.
Pablo exhibe este ritmo literario en sus epístolas: un razonamiento teológico con alabanzas a Dios, antes de concluir con consejos prácticos.
El Apocalipsis también contiene figuras literarias, a través de las cuales Dios presenta la historia de la salvación. Se le muestra al lector un tapiz complejo de palabras, frases y temas tomados del Antiguo Testamento, pero ahora entretejidos en una tela completamente nueva. Apocalipsis tiene un estilo diferente del que Pablo y los escritores de los Evangelios usaron, ya que exhibe una estética cuidadosamente estructurada alrededor de siete escenas del Santuario celestial; y cada una permite un acceso más profundo a la corte celestial.
Dios podría haberle dado a Juan documentos históricos para su historia de la salvación. En cambio, lo que encontramos son vistas pictóricas sorprendentes que describen el gran conflicto entre Cristo y Satanás, ampliando la imponente exhibición apocalíptica dada antes a Daniel y a Ezequiel.
Imagínate que lees la Biblia solo como literatura. ¡No comprenderías su sentido! ¿Qué lecciones podemos aprender acerca de cuán fácil es tener la verdad ante nuestros ojos y pasarla por alto completamente?