“Vosotros sois mis testigos, dice Jehová, y mi siervo que yo escogí” (Isaías 43:10).
MI CONTRIBUCIÓN AL CONJUNTO
Hemos considerado nuestro campo misionero personal, y nuestro potencial de testificación y evangelización. Es importante notar que, aunque la iglesia es un conjunto de miembros, el esfuerzo de cada uno contribuye a la misión de la iglesia. ¿Qué tácticas tiene tu iglesia para conducir personas a Jesús? Puedes invitar a personas de tu campo misionero a asistir a los actos y los programas de la iglesia. ¿Ven los líderes de la acción misionera de tu iglesia qué estás haciendo en tu campo misionero personal? Ellos pueden apoyarte con oraciones y recursos específicos.
Lee Juan 4:37 y 38. ¿Qué estímulo podemos obtener de las palabras de Jesús: "Uno es el que siembra, y otro es el que siega"? ¿Cómo has visto que esta verdad se cumple en tu propia experiencia?
Es probable que Jesús se esté refiriendo a la semilla del evangelio que sembraron él mismo, Juan el Bautista y la mujer samaritana. Los discípulos estaban cosechando lo que otros habían sembrado, y el tiempo había llegado en que los sembradores y los segadores se alegrarían juntos.
Cuando Jesús dijo: "Uno es el que siembra, y otro es el que siega", no estaba diciendo que como personas individuales somos o sembradores o segadores. Aunque es posible que nuestra iglesia haya puesto más énfasis en los segadores, si no hubiera sembradores los segadores esperarían en vano la cosecha. A todos se nos llama a sembrar y segar, y en cualquier iglesia habrá muchas combinaciones de siembra y de cosecha. Puede ser que tu siembra en tu campo misionero sea cosechada durante una cosecha de toda la iglesia, o puede ser que la semilla que otros sembraron sea cosechada cuando la gente entra en tu campo misionero personal.
Al ver cómo cada persona contribuye al conjunto (ver 1 Corintios 12:12-27), el proceso agrícola nos recuerda que antes de sembrar la semilla alguien tiene que haber preparado el terreno y arado el suelo.
La siembra y la cosecha son partes de un proceso que sigue después de que una persona se ha unido al cuerpo. La cosecha no debe quedar en los campos, sino ser recogida en el granero.
¿Cómo puedes participar más en el proceso de siembra y de cosecha en tu iglesia? ¿De qué maneras has descubierto que trabajando por la salvación de otros tu propia fe es fortalecida?