“¿Y cómo predicarán si no fueren enviados? Como está escrito: ¡Cuán hermosos son los pies de los que anuncian la paz, de los que anuncian buenas nuevas!” (Romanos 10:15).
CONCLUSIÓN
Establecer un tiempo realista para el ministerio.
Como ya se mencionó, doce meses es un buen tiempo para planes futuros. Según el programa de testificación y evangelización que estés planificando, el marco de tiempo variará con las diferentes estrategias y prioridades. Pero, hay algunos puntos generales que considerar:
1. Documenta lo que esperas alcanzar en doce meses. Especifica tus deseos en cuanto a personas y discipulado, no solo la terminación del programa.
2. Prepara una línea de tiempo para los procedimientos. Esta puede ser tan detallada como quieras, pero que no sea demasiado breve. Debería incluir los tiempos de adiestramiento, el comienzo y el fin del programa, y momentos de evaluación.
3. Documenta las etapas del programa, y asegúrate de que también especifiques qué personas o equipos son responsables de esas etapas.
4. Documenta cómo integrarás las estrategias de tu programa con el programa general de la iglesia. Especifica dónde y cómo otras estrategias de la iglesia apoyarán tu programa, y cómo el tuyo fortalecerá los de la iglesia. Así, recordarás que eres parte de un equipo mayor y la necesidad de trabajar juntos.
5. Considera si tu programa será continuo, o si se repetirá el próximo año eclesiástico. Esto ayudará a determinar qué adiestramiento será necesario para las personas que ingresen en tu ministerio. Si tu programa es un ministerio en desarrollo, cada sesión de evaluación tendrá que tener momentos para mirar hacia adelante.
PREGUNTAS PARA DIALOGAR: Las siguientes declaraciones revelan que Dios tiene expectativas para cada creyente y que ha designado una obra para cada uno. ¿Qué crees que Dios espera de su iglesia con respecto al equipamiento y a la organización en la testificación y la ganancia de almas? ¿Qué puede hacer una iglesia para ayudar a los miembros a comprender las expectativas de Dios? Al meditar en las citas que siguen, pregúntate:
¿Cómo se aplican a mí, personalmente?
"Dios espera un servicio personal de aquellos a quienes ha confiado el conocimiento de la verdad para este tiempo. No todos pueden ir como misioneros a países lejanos, pero todos pueden ser misioneros en el lugar donde viven, entre sus familiares y vecinos" (TI 9:25). "A cada uno de los que lleguen a participar de su gracia, el Señor indica una obra que ha de hacer en favor de los demás. Individualmente, debemos levantarnos y decir: ‘Heme aquí; envíame a mí'" (PR 166).