“Por lo cual, siendo libre de todos, me he hecho siervo de todos para ganar a mayor número” (1 Corintios 9:19).

UNA RESPUESTA PAGANA A ROMA

lunes 16 de julio, 2012

La respuesta pagana a la impotencia que sentían muchos tesalonicenses fue un movimiento espiritual que los eruditos llaman el culto de Cabirus. El culto se basaba en un hombre llamado Cabirus, que habló en favor de los que no tenían derechos y fue finalmente asesinado por sus dos hermanos. Fue sepultado junto con los símbolos de la realeza, y el culto llegó a tratarlo como un héroe martirizado.

Las clases inferiores creían que Cabirus había mostrado poderes milagrosos mientras vivía. También creían que, de tiempo en tiempo, Cabirus volvía silenciosamente a la vida para ayudar a las personas, y que regresaría a traer justicia a las clases inferiores, y restaurar la ciudad a su antigua independencia y grandeza. El culto de Cabirus proporcionaba esperanza a los oprimidos en términos que recuerdan la esperanza bíblica.

Las cosas se vuelven aún más interesantes cuando descubrimos que la adoración de Cabirus incluía sacrificios sangrientos para conmemorar su martirio. Recordando a Pablo, los tesalonicenses hablaban de "participación en su sangre". Con esto querían decir que obtenían alivio de la culpa; las distinciones de clases también eran abolidas. En el culto de Cabirus, todas las clases de la sociedad eran tratadas en forma igual.

Pero, había todavía una dinámica adicional. Cuando el culto al Emperador surgió en el tiempo de Augusto, los romanos proclamaron que Cabirus había vuelto ya en la persona del César. Esta autoridad se apropió de la esperanza de los oprimidos. Como resultado, la vida espiritual de Tesalónica ya no proveía alivio para las clases obreras. El pueblo común quedaba sin una religión significativa. La existencia del culto al Emperador también significaba que, si llegaba a venir alguien parecido al verdadero Cabirus, sería una amenaza inmediata al Gobierno.

La respuesta romana al culto de Cabirus dejó un vacío espiritual en los corazones de la gente, que solamente el evangelio podía llenar. Cristo era el verdadero cumplimiento de las esperanzas y los sueños que los tesalonicenses habían depositado en Cabirus. El evangelio les proveyó paz interior en el presente y, en la segunda venida, revocaría su realidad económica y política actual.

Lee 1 Juan 2:15 al 17 (ver también Eclesiastés 2:1-11). ¿Qué verdades cruciales se expresan aquí? ¿Cómo experimentaste la realidad de estas palabras, con respecto a cómo son de pasajeras y no satisfactorias las cosas de este mundo?