"No menospreciéis las profecías. Examinadlo todo; retened lo bueno" (1 Tesalonicenses 5:20, 21).

RESPUESTA AL MINISTERIO

domingo 2 de septiembre, 2012

Los dos versículos que se encuentran en el centro de la sección de hoy siguen a la amonestación final de la lección de la semana pasada: "animaos unos a otros, y edificaos unos a otros" (1 Tesalonicenses 5:11). Esta obra sucede en las iglesias locales, en el proceso de ayudar y discipular. La sección de hoy se concentra en cómo los discípulos deben responder a los esfuerzos de sus líderes y mentores.

Lee 1 Tesalonicenses 5:12 y 13. ¿Cuál es el punto básico de Pablo, y cómo debemos aplicarlo nosotros? ¿De qué modo puedes trabajar mejor con los que "os presiden en el Señor"?

La estructura del griego del versículo 12 indica que las tres frases que se encuentran en la segunda mitad se refieren todas al mismo grupo: los líderes locales de la iglesia de Tesalónica. Pablo invita a los miembros a "reconocer" a sus líderes, es decir, a respetarlos. La implicación es que, tal vez, algunos en la iglesia les faltaban el respeto a las autoridades.

La palabra "amonestan" tiene la connotación de instruir y advertir. Pablo reconoce aquí que los líderes de la iglesia a menudo tendrán que ejercer "un amor duro". Esta clase de liderazgo no siempre es bienvenido; no obstante, el apóstol sigue pidiendo a los miembros que estimen en mucho a sus líderes por causa de los difíciles problemas con los que tienen que tratar (versiculo 13). Pablo quiere que todos los miembros de la iglesia estén en paz unos con otros.

El lenguaje de estos versículos refleja las antiguas estrategias para tratar con la gente. Los líderes del pensamiento de los días de Pablo sabían que tratar con la gente es una obra delicada. Animaban a los líderes a diagnosticar con cuidado la condición de sus seguidores, a ser sensibles y ver si ellos están abiertos a la corrección o no, a elegir el momento oportuno, y a aplicar el remedio apropiado. Por sobre todo, se esperaba que los líderes se examinaran a sí mismos antes de tratar de corregir a otros. Pablo añadió un elemento a este marco. Para el cristiano, Dios es el modelo de líder, y la meta en el liderazgo de la iglesia es una feligresía que viva vidas dignas de Dios.

En algunas culturas, hay una tendencia a desconfiar y desafiar a los líderes; en otras, a someterse ciegamente a ellos. ¿Cómo impacta la autoridad en tu cultura?