"Por lo cual asimismo oramos siempre por vosotros, para que nuestro Dios os tenga por dignos de su llamamiento, y cumpla todo propósito de bondad y toda obra de fe con su poder” (2 Tesalonicenses 1:11).
GLORIFICAR A CRISTO
Lee 2 Tesalonicenses 1:10 al 12. ¿Qué significa que Jesucristo será glorificado en sus santos?
Estos textos (2 Tesalonicenses 1:3-10) proveen muchos detalles acerca de la segunda venida de Jesús. Cuando él regrese, afligirá a los que afligían a sus hijos, y a estos últimos les dará descanso (versiculo 2 Tesalonicenses 1:6, 7). Vendrá del cielo en compañía de sus ángeles (versiculo 7), con fuego ardiente, y ejecutará justicia sobre los que rechazaron a Dios y el evangelio (versiculo 8). Los impíos serán destruidos (versiculo 8, 9), mientras que los justos traerán gloria a Cristo (versiculo 10).
La segunda venida prepara el escenario para el milenio: la Tierra yace desolada por mil años (Apocalipsis 20:1-6). Aunque este pasaje no dice qué ocurrirá con los justos, 1 Tesalonicenses 4:16 y 17 dice que los salvados se unirán con Jesús en el aire. Juan 14:1 al 3 indica que Jesús llevará a los justos al cielo.
¿De qué manera enseña Pablo a los santos a prepararse para la segunda venida? 2 Tesalonicenses 1:11.
En el versículo 10, Pablo termina de hablar de los impíos, y se vuelve a los justos en la segunda venida. En los versículos 10 al 12, la gloria de Jesús se exhibe en el carácter de aquellos que creen en él. Pablo se alegra, porque sus oraciones y sus esfuerzos por los tesalonicenses serán vindicados al regreso de Jesús (ver 1 Tesalonicenses 2:19, 20).
El apóstol prepara aquí el cuadro para el capítulo 2, ya que el Día del Señor no había llegado todavía. Si así hubiera sido, habría fuego ardiente, destrucción de los malvados y la glorificación de Jesús a la vista de todos.
Pablo usa los nombres de Dios y de Jesús en forma intercambiable. Según la inspiración, Jesús es Dios. Esto es muy importante. Cuanto más grande sea Jesús, más poderosa es su salvación, y más claro el retrato de Dios que recibimos al contemplar su vida, muerte, resurrección y retorno. Como Jesús es verdaderamente Dios, entonces el Padre es justo como él.
¿Cómo vivimos cada día la expectativa de la segunda venida? ¿Por qué es fácil olvidar su venida? ¿Cómo podemos recordar esta promesa y realizar nuestras tareas diarias, dándole la atención que esta promesa merece?