"Por lo cual asimismo oramos siempre por vosotros, para que nuestro Dios os tenga por dignos de su llamamiento, y cumpla todo propósito de bondad y toda obra de fe con su poder” (2 Tesalonicenses 1:11).

FUEGO Y DESTRUCCIÓN

miércoles 12 de septiembre, 2012

Lee 2 Tesalonicenses 1:7 al 9. ¿Cuál es la razón principal de la destrucción de los impíos en ocasión de la segunda venida de Jesús? ¿Cómo entendemos estos versículos pensando en un Dios lleno de amor, gracia y perdón?

Muchas personas se sienten incómodas con estos versículos. Sienten que "dar retribución", venganza, castigo, y el infligir sufrimientos es indigno de un Dios de amor, gracia y misericordia. Pero, el castigo justo y la retribución es un tema frecuente de Pablo (Romanos 2:5; 12:19). Él es inequívoco: la justicia de Dios un día se manifestará con poder.

Cualquier buen Gobierno en el mundo actual, en algún momento, debe ejercer la fuerza para frenar el mal. Aunque la fuerza no siempre es violenta (como cuando te detienen por violar las reglas de tránsito), en algunos casos, como cuando los criminales usan violencia, deben recibir violencia como respuesta. Los buenos gobiernos proveen ciertas restricciones necesarias, a fin de que todos puedan convivir en paz. Muchas veces el mal abierto no desaparecerá voluntariamente. Y, cuanto mayor sea el poder y la brutalidad del mal, tanto mayor será necesaria la fuerza para deshacer ese mal.

Las imágenes de este pasaje no son hermosas, pero nos aseguran que Dios hará lo necesario para terminar con la violencia y la opresión.

Lee Apocalipsis 16:4 al 7, y Daniel 7:21 y 22. ¿Qué enseñan estos versículos, que es semejante a lo que Pablo escribió en 2 Tesalonicenses?

Por su propia experiencia, Jesús comprende el costo del sufrimiento. Podemos confiar en que ejercerá justicia divina, sin exagerar, y que resultará en sufrimiento, pero solo lo necesario. Si podemos confiar en Dios, podremos confiar en que su justicia revelará una equidad que ahora no podemos comprender.

La meta de este pasaje no es gozarse en la venganza, sino animar a los que sufren abusos y opresión. El día de la justicia viene. No necesitamos hacer justicia por mano propia.