“Así que, hermanos, estad firmes y retened la doctrina que habéis aprendido, sea por palabra, o por carta nuestra” (2 Tesalonicenses. 2:15).
TRABAJAR Y COMER
¿Qué problema singular afrontó Pablo en la iglesia de Tesalónica? 2 Tesalonicenses 3:9-12.
Aquí, Pablo aplica la tradición de lo que él hizo y dijo a una situación específica. Un gran grupo de miembros eran desordenados (2 Tesalonicenses 3:6, 11). El apóstol mencionó el problema bondadosamente en la carta anterior (1 Tesalonicenses 4:11, 12; 5:14). Pero, aquí usa un lenguaje mucho más fuerte.
Como apóstol, Pablo podría haber exigido que la iglesia le proveyera ingresos, alojamiento y alimento. Sin embargo, en su primera carta, había establecido el ejemplo entre ellos, "trabajando día y noche" para no serles una carga (1 Tesalonicenses 2:9). Era un ejemplo de amor. Pero, ahora dice que trabajó "día y noche" (2 Tesalonicenses 3:8) para crear un modelo de cómo todos debían atender sus propias necesidades.
Si Pablo daba solamente un ejemplo, alguno podría haber respondido que la tradición no era clara. Pero él también atendió el problema con palabras. Durante su breve estadía con ellos en persona, expresó repetidamente (como implica el tiempo imperfecto griego) un dicho popular como una orden: "Si alguno no quiere trabajar, tampoco coma" (2 Tesalonicenses 3:10).
Aquí, Pablo no está criticando a quienes cuidan a los que tienen necesidad o que no pueden atenderse a sí mismos. Después de todo, Jesús mismo dejó un ejemplo poderoso de compasión hacia los indefensos o desamparados.
En su lugar, su preocupación era un grupo de personas que había en la iglesia que estaban voluntariamente ociosos. Eran entremetidos, ocupándose de los asuntos de todos, menos de los propios (2 Tesalonicenses 3:11). Como algunos de los filósofos, estos creyentes preferían una vida fácil en lugar de trabajar. Tal vez discutían teología o criticaban a otros en lugar de ganarse la vida. Pablo les ordena "por nuestro Señor Jesucristo" que sigan su ejemplo y ganen el derecho de hablar al atender primero sus propias necesidades (3:12).
Es notable que, ya tan temprano en la historia de la iglesia, Pablo haya tenido que tratar con tantos problemas internos. ¿Cómo debería esto evitar que los miembros esperen que nuestras iglesias estén llenas de personas santas? Más importante todavía, ¿cómo podemos ser una fuerza positiva en la iglesia local a pesar de nuestras propias faltas y debilidades?