“Reconoced que Jehová es Dios; él nos hizo, y no nosotros a nosotros mismos; pueblo suyo somos, y ovejas de su prado” (Salmos 100:3).
LA CREACIÓN Y LOS ORÍGENES HUMANOS
"Y creó Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó; varón y hembra los creó" (Génesis 1:27). ¿Qué nos dice este texto acerca de nuestros orígenes, tan diferentes de lo que enseña el evolucionismo?
Es imposible no ver que, como un acto consciente de Dios, la creación de la humanidad tenía un propósito. Las Escrituras no dejan lugar para ninguna idea de azar. Fuimos hechos con un propósito, y se nos dieron una naturaleza y una esencia específicas desde el comienzo.
Ser hechos "a la imagen de Dios" implica una esencia y un propósito tan concretos y distintos como podemos imaginar. Esto es importante, porque algunos pensadores han alegado que los humanos tenemos que crear nuestro propio significado y propósito porque venimos sin ellos en forma inherente. Si, por ejemplo, el evolucionismo fuera correcto, podríamos insistir en que tenemos que hacernos de un propósito ya que el evolucionismo enseña que, siendo accidentes, no tenemos ninguno. En contraste, según la Biblia, ya vinimos completos, hechos a la imagen de Dios y creados para darle gloria.
Los orígenes se refieren a la historia. Lee Judas 14; Romanos 5:12-21; y 1 Corintios 15:20-22. ¿Cómo nos ayudan estos textos a comprender la historicidad de Adán en Génesis 1 y 2? ¿Por qué es tan importante comprender que Adán fue una persona histórica?
Es sorprendente cuántos eruditos de la Biblia desechan la historicidad de Adán. Dicen que es un mito, un símbolo para la humanidad, pero que no fue una persona real. Se podría aceptar esa creencia solo distorsionando los textos mismos, tanto del Antiguo Testamento como del Nuevo.
Medita en el hecho de que fuiste hecho a la imagen de Dios. ¿Qué debería decirte esto acerca de tu valor inherente, sin importar tus faltas, debilidades y limitaciones?