“En esto sabemos que nosotros le conocemos, si guardamos sus mandamientos. El que dice: Yo le conozco, y no guarda sus mandamientos, el tal es mentiroso, y la verdad no está en él” (1 Juan 2:3, 4).
LA LEY Y EL EVANGELIO
LEE PARA EL ESTUDIO DE ESTA SEMANA: Salmo 19:7, 8; Éxodo 23:1-9; 1 Juan 5:3; Romanos 3:19, 20; Éxodo 20:11, 12; Deuteronomio 5:15.
PENSAMIENTO CLAVE: Toda la Ley moral de Dios revela nuestro pecado y nuestra necesidad de un Salvador. La Ley y el evangelio son inseparables.
LA LEY Y EL CARÁCTER de Dios están en el centro de la gran controversia y, cuando esta concluya, serán vindicados ante el universo espectador. Hasta entonces, la controversia sigue rugiendo y, como seres humanos, terminamos de un lado u otro según a qué amo sigamos. En las palabras de Bob Dylan: Has de servir a alguien// puede ser al diablo o puede ser a Dios, //pero has de servir a alguien. Quienes eligen servir a Dios lo hacen por amor, a causa de lo que Cristo hizo. Habiendo sido sepultados a través del bautismo con Cristo en su muerte, el cuerpo de pecado fue destruido y ya no necesitan servir a su amo anterior, el pecado, sino que son libres para obedecer a Dios y su Ley.
Esta semana consideraremos la naturaleza de la Ley, su propósito y su relación con la gracia salvadora de Dios. Bien comprendida, la Ley de Dios ayuda a revelar lo que la gracia de Dios nos ofrece en Cristo.