Y la sembraré para mí en la tierra, y tendré misericordia de Lo-ruhama; y diré a Lo-ammi: pueblo mío tú; y él dirá: Dios mío.

Oseas 2:23

ADULTERIO ESPIRITUAL

lunes 01 abril, 2013

Cuando Gomer, la esposa de Oseas, cometió adulterio contra él, este sufrió la agonía de la traición, la humillación y la vergüenza. A sus vecinos y a sus amigos que veían su dolor, Oseas les entregó un mensaje divino por medio de palabras y actos: Israel, la esposa de Dios, era justo como Gomer. El pueblo elegido cometía adulterio espiritual.

Jeremías comparó al pueblo infiel de Dios con "una prostituta" que vivía con muchos amantes a pesar de todo lo que Dios le proveía (Jer. 3:1, NVI). En forma similar, el profeta Ezequiel llamó al Israel idólatra "una mujer adúltera" que se había separado de su verdadero esposo (Eze. 16:32). Por eso, la idolatría se considera en la Biblia como adulterio espiritual.

Lee Oseas 2:8 al 13. ¿Qué advertencia se da aquí? ¿De qué maneras, como adventistas, estamos en peligro de hacer, en principio, lo mismo?

La expresión "el trigo, el vino y el aceite" también se usa en Deuteronomio (Deut. 7:12-14) para describir los alimentos producidos en Israel, de los que la gente gozaba en abundancia, de acuerdo con las promesas de Dios dadas por medio de Moisés. En el tiempo de Oseas, la gente era tan desagradecida a Dios, estaba tan involucrada con el mundo que la rodeaba, que estaba presentando estos dones, que originalmente le daba Dios, a sus dioses falsos. ¡Qué advertencia debería ser esto para nosotros, de que los dones que recibimos deberíamos usarlos en servicio a Dios, y no de maneras que nunca tuvieron la intención de serlo! (Mat. 6:24).

"¿Cómo considera Dios nuestra ingratitud y falta de aprecio de sus bendiciones? Cuando vemos el menosprecio o mal uso de nuestros dones, nuestros corazones y manos están cerrados contra él. Pero, los que recibieron los miseri­cordiosos dones de Dios día tras día, año tras año, aplican mal su generosidad, y descuidan a las almas por las que Cristo dio su vida. Los medios que él les ha prestado para sostener su causa y edificar su Reino se invierten en casas y tierras, derrochados en orgullo e indulgencia propia, y el Dador es olvidado" (AR&SH, 7 de diciembre de 1886).

Piensa en cuán fácil es tomar los dones que Dios nos dio y usarlos en forma egoísta, o aun en forma idolátrica. ¿Cuáles son algunas formas prácticas de pre­venir este pecado en nuestras vidas?

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