Y la sembraré para mí en la tierra, y tendré misericordia de Lo-ruhama; y diré a Lo-ammi: pueblo mío tú; y él dirá: Dios mío.
Oseas 2:23
UNA PROMESA DE RESTAURACIÓN
Lee Oseas 2 ¿Cuál es el mensaje básico de Dios a su pueblo aquí? ¿Cómo se revela en este capítulo el evangelio?
El mensaje de Oseas presenta la profunda verdad del perdurable amor de Dios hacia un pueblo que no lo merece. Oseas 2 contiene un largo discurso de Dios acerca de la apostasía de Israel, que se contrasta con el infalible amor de Dios por su pueblo. Después del castigo, el esposo llevará a su mujer en un viaje por el desierto, donde se volverán a casar.
Así, el capítulo termina con un cuadro de un tiempo futuro, más allá del juicio, cuando Dios cortejará a Israel para que lo ame como antes (Ose. 2:12-15 ). Los animales silvestres del campo ya no devorarán las vides y las higueras de la esposa, sino que serán socios en el nuevo pacto (Ose. 2:18 ) . Además, todos los hijos recibirán nombres nuevos, revelando otra vez la disposición de Dios de sanar y perdonar las transgresiones pasadas de su pueblo.
Dios ofrece gratuitamente perdonar nuestros pecados. ¿Cuánto le cuesta el perdón a Dios? ¿Cuál fue el costo personal de esta lección para Oseas? Ose. 3:1, 2 .
Habiendo Oseas crecido como varón en Israel, estaba destinado a gozar una situación privilegiada en esa sociedad patriarcal. Pero, este privilegio involucraba una gran responsabilidad. Un hombre, en el antiguo Israel, habría tenido que hacer un esfuerzo tremendo para perdonar y tomar de nuevo a una esposa infiel, sin mencionar el aceptar como hijos propios a los que otro hombre hubiera engendrado. Mantenerse con su esposa y sus hijos de esa manera, y soportar el rechazo social, debió de haber sido una de las experiencias más difíciles de la vida.
Sin embargo, Oseas la volvió a "comprar". En un sentido, Dios hizo lo mismo con la raza humana, pero el costo fue la muerte de Jesús en la cruz. Solo mirando a la cruz, entonces, podemos obtener un cuadro más claro de lo que le costó a Dios comprarnos de nuevo de la ruina que el pecado había causado.