Y la sembraré para mí en la tierra, y tendré misericordia de Lo-ruhama; y diré a Lo-ammi: pueblo mío tú; y él dirá: Dios mío.

Oseas 2:23

CONCLUSIÓN

viernes 05 abril, 2013

PARA ESTUDIAR Y MEDITAR: "Al pasar el tiempo, Oseas llegó a darse cuenta del hecho de que su suerte personal era un espejo de la aflicción divina, que su tristeza era un eco de la tristeza de Dios. En este sufrimiento similar, como un acto de simpatía con la aflicción divina, el profeta probablemente vio el sentido del casamiento que había contraído por pedido divino. [...]

"Solo al vivir en su propia vida lo que el divino Consorte de Israel experimen­taba pudo el profeta simpatizar con la situación divina. El casamiento fue una lección, una ilustración, en vez de un símbolo o un sacramento" (A. Heschel, The Prophets, p. 56).

"En un lenguaje simbólico Oseas presentó a las diez tribus el plan que Dios tenía para volver a otorgar, a toda alma penitente que se uniese con su iglesia en la Tierra, las bendiciones concedidas a Israel en los tiempos cuando este le era leal en la Tierra Prometida. Refiriéndose a Israel como a quien deseaba manifestar misericordia, el Señor declaró: 'Empero he aquí, yo la induciré, y la llevaré al desierto, y hablaré a su corazón. Y daréle sus viñas desde allí, y el valle de Achor por puerta de esperanza; y allí cantará como en los tiempos de su juventud, y como en el día de su subida de la tierra de Egipto' " (PR 223).

PREGUNTAS PARA DIALOGAR:

Tendemos a pensar que la idolatría es arrodillarse ante estatuas. ¿De qué maneras la idolatría puede ser algo mucho más sutil y engañoso que eso?

En la clase, exploren más esta idea de lo que significa conocer a Dios. Si dices que "conoces a Dios", ¿qué quieres decir con eso? ¿Cómo se adquiere este conocimiento?

Algunos teólogos antiguos alegaban que Dios es impasible; es decir, él no experimenta dolor o placer por las acciones de otros seres, tales como los humanos. ¿Qué puede llevar a las personas a sostener esa posición? No obstante, ¿por qué la rechazamos nosotros?

Medita en el hecho de que nuestra redención es tan costosa. ¿Qué nos dice eso acerca de nuestro valor para Dios?

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