“Oh hombre, él te ha declarado lo que es bueno, y qué pide Jehová de ti: solamente hacer justicia, y amar misericordia, y humillarte ante tu Dios”  Miqueas 6:8.

EL PUEBLO ESPECIAL DE DIOS

sábado 11 de mayo, 2013

LEE PARA EL ESTUDIO DE ESTA SEMANA: Miqueas 1:1-9; 2 Corintios 11:23-27; Miqueas 2:1-11; 5:2; 6:1-8; 7:18-20.

PENSAMIENTO CLAVE: Aun en medio de la peor apostasía, Dios está dispuesto a perdonar y sanar a su pueblo.

EL PROFETA MIQUEAS ministró durante uno de los períodos más oscuros de la historia de Israel. El país se había dividido hacía mucho en dos reinos. Finalmente, Asiria puso fin al reino del norte, y Miqueas podía ver el mal y la violencia que penetraban lentamente en Judá, en el sur. Predicó contra los pecados fatales de la deshonestidad, la injusticia, el cohecho y la desconfianza. Miqueas fue el primer profeta bíblico que predijo la destrucción de Jerusalén (Miqueas 3:12).

No obstante, por medio de la inspiración divina, el profeta vio luz en este tiempo oscuro. Con la ayuda de la perspectiva de Dios, miró más allá del castigo venidero. Miqueas ofreció palabras de ánimo y dijo que el Líder ungido del Señor vendría desde Belén. El Mesías sería el líder que salvaría a Israel y hablaría paz a las naciones, enseñándoles a “martillar sus espadas para azadones” (Miqueas 4:3). La reprensión de Dios sería el canal de restauración y bendiciones, en última instancia.