"He aquí, yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él, y él conmigo." Apocalipsis 3:20

REPRENSIÓN AMANTE

lunes 1 de julio, 2013

Lee Apocalipsis 3:15 y 16. ¿Por qué hace Jesús una reprensión tan fuerte a la iglesia de Laodicea? ¿Qué significa ser tibio? ¿Qué otras pala­bras podría haber usado Jesús en lugar de "tibio"?

Comentando Apocalipsis 3:15 y 16, Elena de White afirma:

"El mensaje a la iglesia de Laodicea se aplica más decididamente a aquellos cuya experiencia religiosa es insípida, que no dan un decidido testimonio a favor de la verdad" (CBA 7:973)

Esta es una declaración cautivadora. Una experiencia religiosa insípida es una que no tiene vida. Tiene la cáscara del cristianismo, pero le falta la sustancia. Tiene la forma exterior pero le falta el poder vivo. Los laodicenses no son herejes ni fanáticos apasionados; sencillamente, son espiritualmente indiferentes. Los laodicenses parecen ser buenas personas morales. Tienen lo que Pablo llama "apariencia de piedad, pero negarán la eficacia de ella" (2 Tim. 3:5). Jesús habla de personas religiosas de sus días que "de labios me honran; mas su corazón está lejos de mí" (Mat. 15:8).

Lee Hebreos 12:7 al 11; Job 5:17 al 19; Salmo 94:12; y Proverbios 29:15 y 17, y describe el propósito de Dios con sus reprensiones.

Nuestro Señor ama demasiado a su pueblo para permitirle ir fácilmente a la perdición. Hará todo lo posible para reanimar una llama espiritual en su corazón. Su fuerte reprensión se debe a un amor más fuerte. Su corrección se debe solo a su anhelo de sanarnos. El profeta Oseas repite este sentimiento con su llamado al arrepentimiento: "Venid y volvamos a Jehová; porque él arrebató, y nos curará; hirió, y nos vendará" (Ose. 6:1).

¿Usó Dios alguna vez experiencias dolorosas y aun desconcertantes para humillarte y atraerte más cerca de él? ¿Qué aprendiste de estas experiencias que, idealmente, te asegura que no pasarás por ellas otra vez?