"Pues si vosotros, siendo malos, sabéis dar buenas dádivas a vuestros hijos, ¿cuánto más vuestro Padre que está en los cielos dará buenas cosas a los que le pidan?" Mateo 7:11
La oración efectiva
Hay muchas maneras efectivas de orar. Algunas personas han encontrado útil arrodillarse ante Dios con su Biblia abierta. Luego leen unos pocos versículos y tienen comunión con Dios acerca de lo que estuvieron leyendo.
Los Salmos son especialmente inspiradores como temas para la oración. Trata de meditar sobre un Salmo específico durante tu tiempo de oración. Toma un versículo por vez. Léelo en voz alta, y luego habla con Dios acerca de lo que el texto te dice a ti.
Otros han encontrado que sus momentos más significativos de oración son al estar solos con Dios en algún ambiente natural tranquilo. Otros, incluso, unen el canto con la oración.
¿Qué nos enseñan acerca de la oración efectiva los siguientes textos? Sal. 34:1; 50:23; 67:3; 71:6.
Las oraciones de David estaban llenas de adoración o alabanza. Cuando meditamos acerca de la bondad de Dios y su amor incomparable, nuestros corazones rebosan de alabanza.
Lee Daniel 9:8 al 13. ¿Qué clase de oración es esta?
¿Qué otro aspecto destaca Pablo para una vida de oración efectiva? Efe. 5:20.
¿Cuál es el significado de la súplica en Efesios 6:18 y Filipenses 4:6, y por qué es un componente importante de la oración?
Aunque no queremos dar una fórmula para la oración, un bosquejo amplio podría ser el siguiente: Comenzamos con alabanza y adoración, agradeciendo a Dios por su bondad hacia nosotros. Luego confesamos nuestras faltas y limitaciones, y después agradecemos a Dios por su perdón. Concluimos con súplicas, dando a conocer a Dios nuestros pedidos, mientras procuramos tener una actitud de sumisión y confianza en su poder divino.
¿No ha sido tu vida de oración lo que podría o debería ser? ¿Qué necesitas hacer de un modo diferente? ¿Por qué no hacer esfuerzos más decididos para pasar más tiempo en oración? Puede cambiar tu vida.