"Pero recibiréis poder cuando el Espíritu Santo haya venido sobre vosotros, y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria y hasta lo último de la tierra." Hechos 1:8

REAVIVAMIENTO, TESTIFICACIÓN E INTERVENCIÓN DIVINA

jueves 25 de julio, 2013

La emocionante historia del rápido crecimiento del cristianismo del Nuevo Testamento en Hechos es la historia de una iglesia reavivada, que testifica del amor de Jesús. Es la historia de una iglesia que regularmente experimentaba la interven­ción divina. La testificación era un modo de vida para esos primeros creyentes.

"Y día tras día, en el templo y de casa en casa, no dejaban de enseñar y anunciar las buenas nuevas de que Jesús es el Mesías" (Hech. 5:42, NVI). La persecución incluso favoreció la causa del evangelio. Cuando la persecución esparció a los miembros de la iglesia de Jerusalén, "iban por todas partes anun­ciando el evangelio" (Hech. 8:4).

Uno de los ejemplos más notables de intervención divina en Hechos es la historia de Felipe y un oficial del gobierno etíope.

Lee la historia de Felipe, quien instruye al Etíope, y su respuesta, en Hechos 8:26 al 38. ¿Qué podemos aprender de esta historia acerca del reavivamiento y la testificación?

"Un ángel envió a Felipe a uno que anhelaba luz y estaba dispuesto a recibir el evangelio. Hoy también los ángeles guiarán los pasos de aquellos obreros que consientan en que el Espíritu Santo santifique sus lenguas, y refine y ennoblezca sus corazones. El ángel enviado a Felipe podría haber efectuado por sí mismo la obra a favor del etíope, pero Dios no obra así. Su plan es que los hombres trabajen en beneficio de su prójimo" HAp 91

Hay tres elementos esenciales en el reavivamiento, y son la oración, el estudio de la Palabra de Dios y la testificación. Cuando el pueblo de Dios lo busca en intercesión ferviente y de todo corazón, y cuando satura su mente con las verdades de su Palabra, y cuando apasionadamente testifica de su amor y su verdad a otros, Dios interviene divinamente y abre puertas inusuales para la proclamación de la verdad.

Sé honesto contigo mismo: ¿Qué haces cuando vienen las oportunidades para testificar? ¿Testificas o encuentras algunas excusas para no hacerlo? ¿Qué te dice tu respuesta acerca de tu propia necesidad de reavivamiento y reforma?