“Si, pues, habéis resucitado con Cristo, buscad las cosas de arriba, donde está Cristo sentado a la diestra de Dios. Poned la mira en las cosas de arriba, no en las de la tierra” (Colosenses 3:1 y 2)

IMÁGENES DE INFLUENCIA

jueves 12 de septiembre, 2013
Jesús usa muchas imágenes para describirse a sí mismo y a su iglesia. Una es “luz”. Él es “la luz del mundo” (Juan 8:12). Es la “luz verdadera, que alumbra a todo hombre, [que] venía a este mundo” (Juan 1:9). Él nos anima a andar “entre tanto que tenéis luz” y nos exhorta: “creed en la luz” (Juan 12:35 y 36).
 
Compara Mateo 5:13 al 15  con Filipenses 2:14 al 16. ¿Cuál es la meta de nuestro Señor para su pueblo en este mundo? ¿Qué significa esto en términos prácticos? ¿Cómo podemos ser lo que hemos sido llamados a ser?
 
La meta de todo reavivamiento y reforma es permitir que la luz del amor, la gracia y la verdad de Cristo brille por medio de nuestra vida. La luz brilla en contraste con la oscuridad. Jesús llamó a su pueblo a vivir un estilo de vida claramente diferente del que se vive en el mundo, a fin de demostrar la superioridad de su manera de vivir. Nos llama a ser compasivos, interesados y preocupados por otros en un mundo de egoísmo, codicia y egotismo. Nos llama a sostener altas normas de entretenimiento en una sociedad embriagada con placeres (Colosenses 3:1 y 2). Nos llama a vivir en forma saludable en momentos en que millones están muriendo demasiado jóvenes por enfermedades autoimpuestas (Juan 10:10). En medio de una generación inmodesta, centrada en el sexo, saciada de emociones, Jesús nos llama a algo diferente. Nos llama a la modestia, la corrección y la pureza moral (1 Pedro 3:3 y 4).
 
El profeta Isaías, del Antiguo Testamento, hizo un llamado a Israel para que se reformara, unos setecientos años antes de Cristo. Sus palabras son relevantes para una iglesia que espera el retorno de nuestro Señor: “Porque mis pensamientos no son vuestros pensamientos, ni vuestros caminos mis caminos, dice Jehová. Como son más altos los cielos que la tierra, así son mis caminos más altos que vuestros caminos, y mis pensamientos más que vuestros pensamientos” (Isaías 55:8 y 9). El ideal de Dios para su iglesia y para nosotros, como individuos, es más elevado de lo que podemos imaginar. Todo el cielo anhela revelar el carácter de amor de Dios por medio de su pueblo.
 

Considera las normas que marcan tu estilo de vida. ¿De qué manera revelan que eres un seguidor de Jesús y que tu vida está fija en la eternidad y no este mundo pasajero?