“Quien llevó él mismo nuestros pecados en su cuerpo sobre el madero, para que nosotros, estando muertos a los pecados, vivamos a la justicia, y por cuya herida fuisteis sanados”
1 Pedro 2:24
LA MUERTE ANTES DE LA CORONA
Lee Hebreos 2:9. ¿Qué significa que Jesús “gustase la muerte por todos”? Ver también Hebreos 2:17; 9:26 al 28; 10:12.
Jesús murió por los pecadores. Él no tenía pecado (Heb. 4:15), de modo que cuando dio su vida como sacrificio no moría por sus propios pecados. Por el contrario, él llevó “los pecados de muchos” (Heb. 9:28), para “expiar los pecados del pueblo” (Heb. 2:17) y quitar el pecado para siempre (Heb. 9:26).
Según Hebreos 2:9, el propósito de hacer que Jesús fuera “un poco menor que los ángeles” era que pudiera sufrir la muerte. El punto es explicar por qué la muerte de Jesús es un requerimiento indispensable para su exaltación. En términos simples, a fin de que la humanidad pudiera salvarse, Jesús tuvo que morir. No había otro camino.
En este pasaje, la meta de la Encarnación es la muerte del Hijo. Solo por medio del sufrimiento de la muerte Jesús podía llegar a ser el Autor de la salvación (Heb. 2:10).
¿Por qué era apropiado que Dios permitiera sufrir a Jesús? El contexto de Hebreos 2:14 al 18 sugiere que la muerte de Jesús era necesaria a fin de rescatar a los hijos de Dios de la esclavitud de la muerte, del diablo, del temor a la muerte, y con el propósito de calificar a Jesús para ser un “misericordioso y fiel sumo sacerdote”. Brevemente, la cruz tenía que preceder a la corona.
“Sobre Cristo como Sustituto y Garante nuestro fue puesta la iniquidad de todos nosotros. Fue contado por transgresor, a fin de que pudiese redimirnos de la condenación de la Ley. La culpabilidad de cada descendiente de Adán abrumó su corazón. La ira de Dios contra el pecado, la terrible manifestación de su desagrado por causa de la iniquidad, llenó de consternación el alma de su Hijo”
DTG 701
Cristo, el Creador del universo, murió como un ser humano por tus pecados. Medita en lo que esto significa. Piensa en la increíble buena noticia que representa. Piensa en la esperanza que te ofrece, personalmente. ¿Cómo puedes hacer que esta verdad asombrosa sea tu principal motivador en todo lo que hagas?