“Y teniendo un gran sacerdote sobre la casa de Dios, acerquémonos con corazón sincero, en plena certidumbre de fe, purificados los corazones de mala conciencia, y lavados los cuerpos con agua pura”
Hebreos 10:21 y 22
PURIFICADOS Y SINCEROS
Lee Hebreos 10:22. ¿Qué condiciones se establecen en este versículo para acercarse a Dios en el Santuario celestial?
De acuerdo con este versículo, los adoradores deben satisfacer cuatro condiciones cuando se acercan a Dios:
- Ir con corazón sincero. El corazón es nuestro ser interior, nuestros pensamientos, nuestras motivaciones, nuestras emociones, nuestra voluntad y nuestro carácter. Dios quiere que seamos sinceros, pero el corazón puede llegar a ser sincero solamente si es purificado. Esto no significa que somos perfectos, solo que estamos esforzándonos por revelar el carácter de Cristo.
- Ir en plena certidumbre de fe. Como vimos ayer, no hay razón para dudar de que tendremos acceso a Dios.
- Ir con corazones purificados. La aspersión del corazón es lenguaje del Santuario que se refiere a la sangre que se rociaba sobre la gente en el tabernáculo (Éxo. 24:8; Lev. 8:23, 24), que los dejaba ritualmente limpios, pero que no podía limpiar su conciencia (Heb. 9:9, 13). La purificación en el verdadero tabernáculo en el cielo es una purificación de la conciencia, producida por la sangre de Cristo (Heb. 9:14). Esta purificación simboliza la justificación del pecador arrepentido. Podemos tener una conciencia limpia porque hemos sido perdonados.
- Ir con nuestros cuerpos lavados en agua pura. Esto suena a una alusión al bautismo cristiano, pero también podemos comprenderlo en un sentido más espiritual como el “lavamiento del agua por la palabra” (Efe. 5:26), leyendo la Biblia y aplicando sus principios a nuestra vida.
En Santiago 4:7 y 8, el apóstol ve la actitud de “doble ánimo” de sus lectores. Parece que ellos perdieron su concentración en Dios. Realizaron componendas y están en peligro inmediato. Usa un lenguaje asociado con la pureza del Santuario. Es un concepto del Santuario que permite acercarse a Dios solo si se hizo la purificación.
Debe ser claro que solo Dios puede limpiar nuestros corazones. La pregunta es: ¿qué elecciones dolorosas hacemos para que Dios tenga que hacer esta obra de gracia en nuestra vida?