“Y teniendo un gran sacerdote sobre la casa de Dios, acerquémonos con corazón sincero, en plena certidumbre de fe, purificados los corazones de mala conciencia, y lavados los cuerpos con agua pura”
Hebreos 10:21 y 22
EXHORTACIONES DESDE EL SANTUARIO
LEE PARA EL ESTUDIO DE ESTA SEMANA: Hebreos 10:19 al 25; Hebreos 4:16; Éxodo 24:8; Santiago 4:7 y 8; Juan 13:34; Hebreos 10:24 y 25.
A TRAVÉS DE TODO EL LIBRO de Hebreos, pasajes acerca de la fe cristiana alternan con pasajes acerca del vivir cristiano. En otras palabras, la teología tiene implicaciones prácticas. El “qué” de la fe conduce al “cómo” vivir esa fe. En Hebreos, después de que el autor pintó el magnífico cuadro teológico de Cristo como nuestro Sacrificio y Sumo Sacerdote (Heb. 7:1-10:18), él anima y exhorta a los creyentes a vivir de acuerdo con las implicaciones de esas verdades. Estas exhortaciones se ven especialmente en Hebreos 10:19 al 25.
Este pasaje es una oración larga y compleja en el griego. Consiste en dos hechos básicos que conducen a tres exhortaciones, cada una de las cuales comienza con el verbo en subjuntivo, y que contienen el trío familiar de fe, esperanza y amor. También cada una de estas secciones conduce a otra faceta de la fe cristiana.