“Andando junto al mar de Galilea, vio a Simón y a Andrés su hermano, que echaban la red en el mar; porque eran pescadores. Y les dijo Jesús: Venid en pos de mí, y haré que seáis pescadores de hombres. Y dejando luego sus redes, le siguieron”
Marcos 1:16 al 18
TRANSFORMAR LO “COMÚN”
Lee Juan 2:1 al 11 y Mateo 15:32 al 39. ¿Cómo usó Jesús los deseos y las necesidades sencillos de todos los días para hacer discípulos y transformar vidas?
Personas “comunes” comparten los deseos físicos, emocionales y sociales naturales. Quieren alimento físico, importancia personal y amistad. Jesús comprendió estas características, poniéndose en situaciones sociales que proporcionasen oportunidades de alcanzar a la gente por medio de estos deseos universales.
Sea que Jesús transformara el agua en jugo de la uva sin fermentar o cambiara pescadores en predicadores (Mar. 1:16-18), él se especializaba en transformar lo ordinario, o común, en algo extraordinario. Los espectadores con frecuencia le pedían a Jesús sus credenciales personales (Mar. 6:3) o cuestionaban la ausencia de ostentación. Como habían anhelado lo extraordinario, pasaban por alto lo que consideraban ordinario, y lo hicieron con lo que era una pérdida eterna en potencia.
Muy a menudo, Jesús buscó personas que eran consideradas comunes u ordinarias, que no tenían suficiencia propia y estaban preparadas para confiar completamente en Dios para su éxito. La gente que está enamorada de sus talentos, habilidades y realizaciones, con frecuencia, no puede sentir la necesidad de algo más grande que ellos mismos. ¡Qué engaño horrible! Muchos entre los contemporáneos de Cristo poseían una educación académica, posición social o riqueza personal superiores. Sin embargo, sus nombres hace mucho que se han olvidado, mientras que se recuerda a personas comunes –agricultores, pescadores, carpinteros, pastores, alfareros, amas de casa, sirvientes domésticos, etc.– que fueron transformadas en testigos extraordinarios de Cristo.
Todos tendemos a admirar a los muy exitosos y muy ricos, ¿verdad? ¿Cuánto de esa actitud ves en ti? ¿Cómo puedes aprender a mantener ante ti el valor de todas las personas, sin importar su situación, fama o riqueza?