“Porque si creyeseis a Moisés, me creeríais a mí, porque de mí escribió él”

Juan 5:46

LAS FIESTAS JUDÍAS (Juan 5:1)

lunes 7 de abril, 2014

“Después de estas cosas había una fiesta de los judíos, y subió Jesús a Jerusalén” Juan 5:1

El primer período festivo del calendario judío anual era la Fiesta de los Panes sin Levadura, que duraba siete días y comenzaba con la Pascua. La fiesta conmemoraba la liberación de los israelitas de la esclavitud egipcia, cuando el ángel de la muerte pasó por alto los hogares de quienes pintaron con sangre los marcos de las puertas. Los evangelios registran tres ocasiones en que Jesús celebró la Pascua (Luc. 2:41-43; Juan 2:13-23; Mat. 26:17-20).

Cincuenta días después de la Pascua venía la Fiesta del Shavuot, que a menudo se conoce por su nombre griego, Pentecostés. Aunque las Escrituras no proporcionan una razón para esta fiesta, los rabíes creían que conmemoraba el momento en el que Dios le había dado la Ley a Moisés. No hay registro en los evangelios de que Jesús celebrara Pentecostés. Sin embargo, antes de su ascensión, aconsejó a sus discípulos que esperaran en Jerusalén el bautismo del Espíritu Santo (Hech. 1:4, 5). Este evento sucedió el día de Pentecostés (Hech. 2:1-4).

El último período de fiesta del calendario judío era la Fiesta de los Tabernáculos (Sucot) y el Día de la Expiación (Yom Kippur). El Día de la Expiación representaba el día en el cual el pecado era eliminado del campamento y la gente estaba en armonía con Dios. Los tabernáculos (tiendas o enramadas) conmemoraban el tiempo cuando Israel había vivido en carpas en el desierto.

Además de las fiestas de la ley de Moisés, los judíos tenían otras dos que conmemoraban intervenciones históricas de Dios. La primera era Purim, que señalaba la liberación del pueblo judío del genocidio, cuando Ester intercedió ante el rey de Persia. La segunda era Hanukáh, también conocida como la Fiesta de la Dedicación (Juan 10:22), que celebraba la victoria de los macabeos sobre los griegos, en el año 164 a.C.

Por supuesto, las fiestas bíblicas se eliminaron hace mucho, al menos en lo que respecta a los cristianos. Todas hallaron su cumplimiento en Cristo. Sin embargo, podemos aprender mucho al estudiarlas y considerar los mensajes que contienen, porque todas ellas enseñan lecciones acerca de la gracia salvadora de Dios y de su poder para librar.

Aunque ya no guardamos las fiestas, ¿qué cosas podemos hacer que nos ayuden a recordar siempre la realidad de Dios, lo que ha hecho por nosotros y lo que pide de nosotros?