"De manera que la ley a la verdad es santa, y el mandamiento santo, justo y bueno" (Rom. 7:12)
Judas y la ley
Se cree que Judas, una de las cartas más breves en el Nuevo Testamento, la escribió otro hermano de Jesús. Aunque el autor se refiere a sí mismo como un “siervo” o “esclavo” de Jesucristo, admite que era el hermano de Santiago (Jacobo). Siendo que Mateo asigna los nombres de Santiago y Judas a dos de los cuatro hermanos de Jesús (Mat. 13:55), se acepta generalmente que el Judas de esta breve epístola es hermano del Salvador. Como con todos los demás escritores bíblicos que hemos estudiado, Judas habría sabido si Jesús hubiese puesto a un lado la Ley.
Aunque Judas no hace referencia a la Ley ni a los mandamientos, toda la carta trata de la fidelidad a Dios y de las consecuencias de transgredir la Ley.
Lee Judas 4. ¿Qué dice aquí que es relevante para lo que estamos considerando?
La misma mención de la gracia requiere la existencia de la Ley, porque la gracia no sería necesaria si no hubiera pecado (Rom. 5:18-6:15). Lo que decían estos falsos maestros era tan malo que Judas lo equipara con negar al Señor mismo.
¿De qué manera Hebreos 3:7 al 19 ayuda a arrojar luz sobre Judas 5 al 7? ¿De qué modo ambos pasajes juntos nos muestran la relación entre la obediencia y la fe?
En su propio estilo diplomático, Judas recuerda a su audiencia la experiencia de los israelitas, que habían sido liberados de la esclavitud egipcia. Dios les había demostrado su fortaleza y dado su Ley; y, cuando llegaron a ser infieles, afrontaron consecuencias terribles por causa de estar separados de Dios. Judas deja muy claro que la gente puede apostatar, y que quienes lo hacen afrontarán el castigo. Judas es tan claro como el resto de las Escrituras: todos los que pretenden tener fe deben estar dispuestos a expresarla mediante una vida obediente.
Lee el libro de Judas. En medio de todas sus fuertes advertencias, ¿qué promesas puedes descubrir allí para ti mismo?