“Y será predicado este evangelio del reino en todo el mundo, para testimonio a todas las naciones; y entonces vendrá el fin”
Mat. 24:14
Nuestra misión
LEE PARA EL ESTUDIO DE ESTA SEMANA: Mateo 5:14 al 16; 28:19 y 20; Lucas 24:48 y 49; Juan 20:21; Apocalipsis 14:6 al 12.
Al principio de su ministerio, Jesús llamó a Pedro y a Andrés para que fueran sus discípulos, lo cual significaba que debían traer a otras personas a Jesús. “Venid en pos de mí, y os haré pescadores de hombres”, les dijo (Mat. 4:19). Más tarde, eligió a doce discípulos “para que estuviesen con él, y para enviarlos a predicar” (Mar. 3:14).
Cristo envió a los doce apóstoles y, más tarde, a setenta discípulos para evangelizar (Mat. 10:5-15, Luc. 10:1-12). Después de su resurrección, Cristo apareció varias veces a sus discípulos (1 Cor. 15:3-8) y colocó en sus manos la responsabilidad de predicar el evangelio (Hech. 1:2, 3). Vez tras vez les confió la comisión evangélica. Ninguno de los escritores de los evangelios registró todas las palabras que dijo Jesús. Más bien, cada uno anotó algunas frases de las instrucciones del Señor. Cada uno enfatizó un aspecto diferente de la misión evangélica y, de ese modo, nos proveyeron información valiosa en cuanto a su propósito, su metodología y su alcance.
Esta semana analizaremos la misión evangélica tal como la presentó Jesús y la transmitieron los autores de los evangelios.