“También les dijo: El día de reposo fue hecho por causa del hombre, y no el hombre por causa del día de reposo. Por tanto, el Hijo del Hombre es Señor aun del día de reposo”
Marcos 2:27 y 28
El ejemplo de Jesús
¿Qué nos dice Lucas 4:16 acerca de la actitud de Jesús hacia el sábado? ¿Por qué esto es tan importante para nosotros hoy? Juan 14:15; 1 Ped. 2:21.
La palabra costumbre, que Lucas utilizó en el versículo 16, proviene de una palabra griega relacionada con hábitos constantes en el tiempo y la práctica. En otras palabras, Jesús asistía con regularidad a la sinagoga todos los sábados que podía. De hecho, esto es tan importante para Lucas que, en todo su Evangelio, menciona cuatro veces que Jesús asistió a la sinagoga en sábados diferentes (Luc. 4:16; 4:31; 6:6; 13:10). Además, Lucas identifica especialmente el sábado como el séptimo día de la semana (Luc. 23:54-24:1). El hecho de que Jesucristo, durante su ministerio terrenal, observó el sábado junto con los judíos, testifica que el ciclo semanal no se había perdido desde que la Ley había sido dada en el Sinaí o, incluso, desde la creación. Su ejemplo como observador del sábado es un modelo que seguir para los cristianos, tanto en cuanto al día correcto como en la forma apropiada de guardarlo.
¿Qué leyó Jesús en esa ocasión especial en la sinagoga? ¿Por qué es importante? Luc. 4:16-21.
Esta no era la primera vez que Jesús leía y hablaba en la sinagoga. Más de un año había pasado desde su bautismo en el río Jordán. Sin embargo, esta era la primera visita de Jesús a Nazaret después de haber dejado el taller de carpintería, donde había estado cerca de treinta años y donde había asistido a la sinagoga local. Durante su juventud, “a menudo, en la sinagoga, los sábados, se le pedía que leyese la lección de los profetas, y el corazón de los oyentes se conmovía al ver irradiar una nueva luz de las palabras familiares del texto sagrado” (DTG 55).
Pero, esta vez fue diferente. Jesús seleccionó un pasaje específico, Isaías 61:1 y 2, que explica la obra del Mesías y cómo vendría “a predicar el año agradable del Señor” (Luc. 4:19). El texto se refería al año sabático, o jubileo, un tiempo de descanso. Apropiadamente, Jesús eligió el día de descanso, el sábado, para anunciar su ministerio de redención, liberación y sanidad. Podemos encontrar verdadero reposo en Jesús, un descanso expresado de manera tangible cada sábado.