“También les dijo: El día de reposo fue hecho por causa del hombre, y no el hombre por causa del día de reposo. Por tanto, el Hijo del Hombre es Señor aun del día de reposo”
Marcos 2:27 y 28
Milagros en sábado
Los evangelios mencionan varios milagros de sanación que Jesús llevó a cabo en sábado. Es interesante notar que, en la mayoría de los casos, la sanidad llegó por iniciativa de Jesús, como si tuviera la intención de sanar en sábado aunque hubiese podido hacerlo en cualquier otro día. Jesús estaba tratando de enfatizar una verdad: sanar en sábado no era ilícito. Al contrario, era más lícito que lo que muchos de los fariseos y líderes religiosos estaban acostumbrados a hacer en sábado.
¿Qué argumentos se presentan en cada uno de estos textos para justificar los milagros de sanidad realizados por Jesús en sábado? Mat. 12:10-12; Luc. 13:15, 16; Juan 5:16, 17.
Si bien es cierto que debemos dejar a un lado nuestros propios intereses durante el día sábado (Éxo. 20:9; Isa. 58:13), nunca debiera ser considerado como un tiempo de ociosidad inútil. En sus controversias con los fariseos, Cristo señaló claramente que “es lícito hacer el bien en los días de reposo” (Mat. 12:12). Según las tradiciones rabínicas, una persona enferma podía ser tratada en sábado si la situación era de vida o muerte. Del mismo modo, si una oveja o un buey se caían en un pozo, estaba permitido sacar al animal en día sábado para salvarle la vida. ¿No era la vida de una persona más valiosa que la de un animal? Lamentablemente, los críticos de Cristo mostraban más compasión hacia sus propios animales que hacia los seres humanos sufrientes. Aprobaban dar de beber a un animal, pero no restaurar a una persona.
Jesús también declaró: “Mi Padre hasta ahora trabaja, y yo trabajo” (Juan 5:17), refiriéndose a la obra de Dios por sus criaturas. Incluso en el día sábado, él sigue dando vida y sustentando el universo (Heb. 1:2, 3).
Jesús enseñó que no deberíamos ser legalistas al observar el sábado. Guardar el sábado significa “descansar” de nuestras propias obras (Heb. 4:10) y, más importante aún, detenernos de intentar obtener la salvación por nuestros propios méritos, lo que es imposible de todos modos. Satanás desea convencernos de que guardemos el sábado de un modo egoísta. Si no logra hacernos transgredir el sábado, intenta empujarnos al otro extremo: el legalismo.
Aunque es fácil ser legalistas en cuanto al sábado, otras personas podrían ser muy negligentes para guardarlo. ¿De qué modo podemos lograr la observancia correcta?