“También les dijo: El día de reposo fue hecho por causa del hombre, y no el hombre por causa del día de reposo. Por tanto, el Hijo del Hombre es Señor aun del día de reposo”
Marcos 2:27 y 28
EL SÁBADO
LEE PARA EL ESTUDIO DE ESTA SEMANA: Mateo 12:1 al 5; 24:20; Lucas 4:16 al 21; Juan 1:1 al 3; 5:16 y 17.
A lo largo de su ministerio, los líderes religiosos desafiaron la forma en que Cristo observaba el sábado. Ante la crítica, Cristo enfatizó su autoridad como Señor del sábado (Mat. 12:8; Mar. 2:28; Luc. 6:5). También mostró el modo correcto de observar del sábado.
Hoy, confrontamos no solo el desafío de la “correcta observancia” del sábado sino, también, la creencia popular de que el domingo es el día de descanso. Aquellos que argumentan a favor del domingo, sin embargo, no tienen en los evangelios nada que sustente su postura. Las controversias acerca del sábado en estos cuatro libros solamente se refieren a la forma en que debe ser guardado, y no a cuándo debe ser observado. La vida y las enseñanzas de Jesús no dejaron dudas de que el séptimo día seguiría siendo el día de descanso de Dios, incluso después de su muerte y resurrección.
Esta semana, consideraremos la relación de Cristo con el origen del sábado y su señorío sobre él. Luego, estudiaremos el ejemplo y las enseñanzas de Jesús en cuanto a la observancia del sábado. Por último, veremos de qué modo las palabras de Jesús y el ejemplo de sus discípulos revelan la validez permanente del sábado después de su resurrección.