“No se turbe vuestro corazón; creéis en Dios, creed también en mí. En la casa de mi Padre muchas moradas hay; si así no fuera, yo os lo hubiera dicho; voy, pues, a preparar lugar para vosotros. Y si me fuere y os preparare lugar, vendré otra vez, y os tomaré a mí mismo, para que donde yo estoy, vosotros también estéis”

Juan 14:1 al 3

Velar y estar preparados

jueves 25 de septiembre, 2014

¿Por qué es crucial que siempre estemos preparados para la venida de Jesús? Mat. 24:42, 44.

La clave del sermón profético de Jesús es el imperativo “velar”. No significa esperar ociosamente, sino estar activamente alerta, así como el dueño de casa que está prevenido contra cualquier posible ladrón (Mat. 24:43). Mientras esperamos velando, tenemos una tarea que realizar, como la tuvo el siervo fiel que realizó las tareas que su señor le encomendó que realizara durante su ausencia (Mat. 24:45; Mar. 13:34-37).

¿Qué actitud sería fatal para nosotros que afirmamos creer en el segundo advenimiento de Jesús? Mat. 24:48-51; Luc. 21:34, 35. ¿De qué manera podemos evitar caer en esa actitud? ¿Por qué es tan fácil cometer ese error si no somos cuidadosos?

La parábola del siervo malvado da mucho que pensar, especialmente para nosotros como adventistas del séptimo día. Este siervo representa a aquellos que profesan creer que Cristo vendrá otra vez, pero no inmediatamente. Creyendo que el Señor está demorando, piensan que todavía tienen tiempo para vivir con egoísmo y entregarse a placeres pecaminosos, porque, más adelante, seguramente, habrá suficiente tiempo a fin de prepararse para la segunda venida. Por desgracia, esta idea es una trampa mortal, pues nadie sabe cuándo vendrá Jesús. De hecho, incluso si Cristo aún no vuelve, cualquiera de nosotros podría ser llamado al descanso de modo inesperado, lo que terminaría repentinamente con nuestra oportunidad de arreglar las cosas con Dios. Pero, por sobre todo, ceder en forma repetida al pecado endurece e insensibiliza gradualmente la conciencia, de manera que se hace cada vez más difícil arrepentirse. Al diablo no le importa que creamos en la segunda venida de Jesús teóricamente, siempre y cuando pueda hacernos posponer nuestra preparación para ella.

¿Cómo podemos estar preparados hoy? Arrepintiéndonos y confesando nuestros pecados a Jesús, renovando nuestra fe en su muerte expiatoria por nosotros en la cruz y entregando nuestra voluntad completamente a él. Al caminar en comunión con él, podemos disfrutar la profunda paz de estar cubiertos por su manto de justicia.

¿Cuánto piensas en la segunda venida? ¿Cuánto impacta la realidad de la segunda venida en tu vida? ¿De qué manera podemos lograr el equilibrio correcto mientras realizamos nuestras tareas diarias y, a la vez, vivimos esperando el regreso de Cristo?