“No se turbe vuestro corazón; creéis en Dios, creed también en mí. En la casa de mi Padre muchas moradas hay; si así no fuera, yo os lo hubiera dicho; voy, pues, a preparar lugar para vosotros. Y si me fuere y os preparare lugar, vendré otra vez, y os tomaré a mí mismo, para que donde yo estoy, vosotros también estéis”

Juan 14:1 al 3

Conclusión

viernes 26 septiembre, 2014

PARA ESTUDIAR Y MEDITAR: Lee “En el monte de las Olivas”, El Deseado de todas las gentes, p. 581-591; y “Heraldos de una nueva Era”, El conflicto de los siglos, p. 344-363.

“Pronto aparece en el este una pequeña nube negra, de un tamaño como la mitad de la palma de la mano. Es la nube que envuelve al Salvador y que, a la distancia, parece rodeada de oscuridad. El pueblo de Dios sabe que es la señal del Hijo del Hombre. En silencio solemne la contempla mientras va acercándose a la Tierra, volviéndose más luminosa y más gloriosa hasta convertirse en una gran nube blanca, cuya base es como fuego consumidor, y sobre ella el arco iris del Pacto. Jesús marcha al frente como un gran conquistador. [...] Con cantos celestiales los santos ángeles, en inmensa e innumerable muchedumbre, lo acompañan en el descenso. El firmamento parece lleno de formas radiantes, ‘millones de millones, y millares de millares’. Ninguna pluma humana puede describir la escena, ni mente mortal alguna es capaz de concebir su esplendor. [...] A medida que va acercándose la nube viviente, todos los ojos ven al Príncipe de la vida. Ninguna corona de espinas hiere ya sus sagradas sienes, ceñidas ahora por gloriosa diadema. Su rostro brilla más que la luz deslumbradora del sol de mediodía. ‘Y en su vestidura y en su muslo tiene escrito este nombre: Rey de reyes y Señor de señores’ (Apoc. 19:16)”

CS, p. 698

Preguntas para dialogar:

  1. Aunque necesitamos creer en la inminencia del regreso de Jesús, ¿de qué manera podemos evitar los peligros del fanatismo? Eso no siempre es fácil. Después de todo, ¿cuántos fanáticos realmente reconocen que son fanáticos?
  2. Medita más en la idea de que la segunda venida de Cristo nunca está lejos de ninguno de nosotros en lo personal, porque nuestra muerte nunca está muy lejana, no importa cuánto vivamos. ¿Qué nos dice esta idea acerca de cuán cerca está realmente la segunda venida, en lo que concierne a cada uno de nosotros individualmente?
  3. ¿De qué forma responderías a aquellos que se burlan de la idea de la segunda venida?
  4. ¿Qué piensas del concepto de que nosotros, como pueblo de Dios, podemos ayudar a apresurar o demorar la segunda venida? (ver 2 Ped. 3:11, 12).
  5. Si supieras que Jesús regresa la próxima semana, ¿qué cambiarías ahora en tu vida?

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