“Vosotros sois mis amigos, si hacéis lo que yo os mando”
Juan 15:14SANTIAGO, EL HERMANO DE JESÚS
El autor de esta carta probablemente era muy conocido en la iglesia, porque no hay más información específica en su carta que la que aparece en Santiago 1:1: “Santiago, siervo de Dios y del Señor Jesucristo, a las doce tribus que están en la dispersión: Salud”.
Así, podemos reducir nuestras opciones rápidamente. En el Nuevo Testamento, hay cuatro personas llamadas Santiago: dos de los doce discípulos (Mar. 3:17, 18); el padre de Judas (otro de los doce discípulos, pero no el Judas Iscariote, Luc. 6:16); y uno de los hermanos de Jesús (Mar. 6:3). De estos cuatro, solo el hermano de Jesús vivió el tiempo suficiente como para ser importante en la iglesia y escribir tal carta. De esta manera, creemos que Santiago, el hermano de Jesús, fue el autor de este libro del Nuevo Testamento.
Como el hijo de un carpintero (Mat. 13:55), Santiago habría tenido más oportunidades educacionales que un campesino cualquiera. Su carta está entre los mejores ejemplos del uso del griego en el Nuevo Testamento. Su vocabulario rico, su elegancia retórica y su dominio del Antiguo Testamento solo son sobrepasados por la Epístola a los Hebreos. Como su nombre aparece primero en la lista de los hermanos de Jesús, tal vez Santiago era el hijo mayor. Y el hecho de que Jesús le confiara el cuidado de su madre a Juan, el discípulo amado (Juan 19:26, 27), sugiere que sus hermanos no eran hijos de María, sino hijos de José, de un matrimonio anterior.
En el contexto del ministerio de Jesús, considera: “Cuando se enteraron sus parientes, salieron a hacerse cargo de él, porque decían: ‘Está fuera de sí’ ” (Mar. 3:21, NVI; ver también Juan 7:2-5). ¿Qué nos indican estos textos acerca del modo en que percibía a Jesús su propia familia? ¿Qué lecciones podemos obtener para nosotros si, alguna vez, quienes nos aman no nos entienden?
“Era un concepto falso de la obra del Mesías y una falta de fe en el carácter divino de Jesús lo que había inducido a sus hermanos a instarlo a presentarse públicamente al pueblo en ocasión de la fiesta de las cabañas” (DTG, p. 449).