“Pero sed hacedores de la palabra, y no tan solo oidores, engañándoos a vosotros mismos”
Santiago 1:22
SER Y HACER
LEE PARA EL ESTUDIO DE ESTA SEMANA: Mateo 19:16-22; Lucas 6:27- 38; Romanos 8:2-4; 12:9-18; Santiago 1:23, 24; 2 Pedro 1:4.
WILLIAM NIBLO, MÁS CONOCIDO COMO “El gran Blondín”, llegó a ser famoso por cruzar las cataratas del Niágara sobre una cuerda floja. En septiembre de 1860, el Príncipe de Gales lo vio cruzar las cataratas con un asistente cargado sobre sus espaldas. Después del cruce, Blondín se dirigió al príncipe británico y le ofreció cruzar las cataratas con él en su espalda. Aunque el príncipe había oído de las habilidades del hombre, y acababa de verlo en acción, todavía no estaba listo para poner su vida en las manos de Blondín.
Por supuesto, oír y ver no es suficiente cuando se trata de una relación con Dios. Podemos estar intelectualmente convencidos acerca de su existencia, de la verdad del evangelio y de la segunda venida de Cristo. Podemos haber vis- to la realidad del amor y del cuidado de Dios. No obstante, podemos no estar preparados para entregarnos en sus manos, una acción que se revelaría por nuestras obras. Por esto, Santiago enfatiza la importancia de ser hacedores, no solo oidores de la Palabra.
Esta semana, veremos qué significa, para quienes han sido salvados por su gracia, ser un hacedor de la Palabra.