“Porque juicio sin misericordia se hará con aquel que no hiciere misericordia; y la misericordia triunfa sobre el juicio”
Santiago 2:13
JUZGADOS POR LA LEY
Lee Santiago 2:12 y 13. (Ver también Juan 12:48; Rom. 2:12, 13; 2 Cor. 5:10; Apoc. 20:12, 13.) ¿Qué enseñan estos versículos acerca del juicio?
Nada es más claro que la enseñanza de que seremos juzgados por la Ley, sobre la base de lo que hayamos hecho, sea bueno o malo. Al mismo tiempo, la Biblia es muy clara en que, por medio de la fe en Jesús, estamos cubiertos por su justicia.
Esta cubierta incluye dos aspectos: el perdón (la justificación) y la obediencia (santificación); porque “de la manera que habéis recibido al Señor Jesucristo, andad en él” (Col. 2:6; la cursiva fue añadida); y “porque todos los que habéis sido bautizados en Cristo, de Cristo estáis revestidos” (Gál. 3:7; la cursiva fue añadida).
A menudo se dice que seremos juzgados no solo por lo que hemos hecho, sino también por lo que no hicimos. Aunque esto es cierto, muchos tienen una idea equivocada de lo que significa. No tiene que ver con hacer más cosas. Esa es la receta para el desánimo y la derrota propia. Nota cómo lo describe Santiago en el versículo 13: “juicio sin misericordia se hará con aquel que no hiciere misericordia”. Es decir, es una definición del “hacer” que tiene que ver con las relaciones.
Si pensamos en esto por suficiente tiempo, podríamos llegar a ser paranoicos acerca del juicio y abandonaríamos todo, desesperados. Pero eso no es lo que significa “temed a Dios [...] porque la hora de su juicio ha llegado” (Apoc. 14:7). En cambio, debemos confiar en la justicia de Jesús, cuyos méritos son lo único que nos da esperanza en el juicio. Es nuestro amor a Dios, quien nos ha salvado por su justicia, lo que debe impulsarnos a hacer todas las cosas que él nos llamó a hacer.
Además, las advertencias en la Biblia acerca del juicio están allí para nuestro bien, para que no durmamos en un falso sentido de seguridad. Santiago dice: “La misericordia triunfa sobre el juicio” (Sant. 2:13). Recordemos estas palabras, en especial cuando tratamos con aquellos que han caído en los peores pecados.
¿Has hecho alguna vez algo terrible y, cuando solo esperabas condenación y juicio, te expresaron misericordia, gracia y perdón? ¿Cómo te sentiste? ¿De qué manera puedes asegurarte de que no olvidarás esto la siguiente vez que alguien hace todo mal?