“Porque como el cuerpo sin espíritu está muerto, así también la fe sin obras está muerta”
Santiago 2:26
FE QUE OBRA
LEE PARA EL ESTUDIO DE ESTA SEMANA: Josué 2:1-21; Romanos 3:27, 28; 4:1-5; 2 Corintios 4:2; Tito 2:14; Santiago 2:14-26.
ÉL ERA UN MÉDICO DE ÉXITO Y UNO DE LOS ANCIANOS de una iglesia con varios centenares de feligreses. Era uno de los que daban más recursos para los grandes proyectos de la iglesia, y su generosidad animaba a otros a dar con sacrificio. Además, era buen predicador. Cuando el pastor debía salir, él predicaba, y todos esperaban sus mensajes, que eran teológicamente profundos y espirituales.
Entonces, un día, se reveló la verdad. La ausencia del médico el sábado anterior no había sido porque estuviera de vacaciones, como muchos pensaron. No, se lo encontró muerto frente a su casa junto al mar, por causa de una dosis excesiva de una droga recreacional.
Lo peor de esta revelación fue que en su dormitorio había docenas de videos y revistas con pornografía. La iglesia estaba devastada, especialmente los jóvenes, que lo consideraban un modelo. Aunque debemos dejar todo juicio a Dios, las acciones del médico ponen en duda la realidad de su fe.
El punto es que, si somos salvos por la fe, no podemos separar la fe de las obras en la vida de un cristiano, una verdad vital pero a veces mal comprendida, que se expone en Santiago.