“Tened también vosotros paciencia, y afirmad vuestros corazones; porque la venida del Señor se acerca”

Santiago 5:8

CUÁN CERCA ES “CERCA”?

lunes 08 diciembre, 2014

Santiago 5:8 afirma que la venida de Cristo está cerca; pero, después de casi dos mil años, ¿cómo entendemos esta promesa?

Jesús describió la venida del Reino (Mat. 4:17; 10:7; 24:33) por medio de parábolas, para enseñar las “cosas celestiales” de tal forma que fueran comprensibles. Estas parábolas revelan que el Reino tiene dos aspectos: una realidad espiritual presente y una realidad gloriosa todavía por venir. Todos los apóstoles fijaron sus esperanzas en la inminente venida de Jesús (Rom. 13:11; Heb. 10:25; Sant. 5:9), pero nunca identificaron cuándo sería. Como nosotros, ellos querían saber cuándo sería, pero Jesús explicó que no era bueno que ellos conocieran esta información (Hech. 1:6, 7). Después de todo, ¿crees que habrían compartido el evangelio con el mundo si hubieran sabido que la obra no se terminaría por más de dos mil años?

¿Qué dice Santiago cuando indica “afirmad vuestros corazones” (Sant. 5:8), y por qué llama “precioso” (tímios, vers. 7) al fruto esperado? (Ver 1 Tes. 3:13; 2 Tes. 3:3; 1 Ped. 1:19; 1 Cor. 3:12.)

La palabra “afirmad“ (sterízo) significa “fijar firmemente”, o “fortalecer”. Nuestro corazón ha de estar tan dedicado al Señor que no pueda ser removido a pesar de las presiones que lo ataquen. Estar confirmados en la verdad (2 Ped. 1:12), venciendo la tentación y soportando sufrimiento por nuestra fe (Hech. 14:22) contribuyen a esta tarea.

El crecimiento espiritual no es un proceso fácil, pero produce “precioso fruto”. Los creyentes, redimidos por “la sangre preciosa [tímios] de Cristo” (1 Ped. 1:19), son de valor infinito para el “Agricultor” celestial. La palabra tímios también se usa para describir las “piedras preciosas” que simbolizan a los creyentes que son “edificados” sobre Cristo, el “fundamento” de la iglesia (1 Cor. 3:11, 12). Pablo compara a los creyentes inestables con madera, heno o paja, que no durarán y que serán consumidos por el fuego cuando Cristo venga (1 Cor. 3:12-15). Por eso, es importante preguntarnos si nuestras energías están dirigidas hacia lo que es de más valor, hacia quien es más precioso para nosotros.

Lee 1 Corintios 3:13. Considera tu vida. ¿Cómo es tu obra?

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