“Examina la senda de tus pies, y todos tus caminos sean rectos. No te desvíes a la derecha ni a la izquierda; aparta tu pie del mal” Prov. 4:26, 27

Protégete a ti mismo

jueves 08 enero, 2015

Después de habernos advertido contra los males específicos que amenazan los tres dominios de la vida –nuestra familia, nuestras relaciones sociales y nuestro trabajo− Proverbios presenta un cuadro de los malvados. Es una sátira, llena de ironía y aguda observación psicológica. Los dos poemas (Prov. 6:12-15; 16-19) son paralelos y, con el mismo ritmo poético de siete, cubre motivos que se corresponden. El interior de la persona malvada se describe como vinculado con lo que se piensa en el corazón; al mismo tiempo, todo llega a ser manifiesto en lo que se hace exteriormente.

Lee Proverbios 6:14 y 18, y Mateo 15:19. ¿Qué punto importante se presenta aquí?

“Si os entregáis a imaginaciones vanas y permitís que vuestra atención se espacie en temas impuros, sois en cierta medida tan culpables delante de Dios como si vuestros pensamientos se hubiesen puesto en ejecución” HAd 303

¿Qué advertencias se dan en Proverbios 6:12 al 19?

Las imágenes son irónicas. Luego del perezoso están los malvados. Las dos actitudes parecen ser diferentes y, sin embargo, enseñan la misma lección. Ambos se quedan dentro de sí mismos. Ninguno de ellos está interesado en la instrucción que proviene de afuera. Ambos siguen su propia sabiduría y sus inclinaciones. Los perezosos duermen y no funcionan sus oídos ni sus pies; el malo tiene sus pies y su boca en funcionamiento, pero no sus oídos. El resultado es el mismo: ambos irán a la destrucción.

Entretanto, el mal tiene dos efectos: perjudica no solo a las personas contra quienes se peca, sino también al pecador. Los mentirosos finalmente creerán sus propias mentiras. A su vez, es digno de notar que el resultado final de la maldad son la discordia y los conflictos, que también pueden afectar a la sociedad. En realidad, los efectos del pecado muy raramente se limitan a los pecadores. También se produce un impacto en otros, y, generalmente, solo para peor.

¿De qué modo los pecados de otros afectaron tu vida? Sin duda, mucho. ¿Qué lecciones puedes aprender de esto acerca de cuán cuidadoso debes ser para que tus acciones no dañen a otros?

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