“Mejor es un bocado seco, y en paz, que casa de contiendas llena de provisiones” Prov. 17:1

El pecado y los amigos

domingo 8 de febrero, 2015

Lee Proverbios 17:9 y 19:11. ¿Qué punto vital se presenta en estos textos? ¿De qué forma debemos tratar con otros que caen?

Cuando alguien comete un error, es muy tentador difundir la historia, con tarla a otros. ¿Oíste acerca de lo que hizo Fulano de Tal? Aunque actuemos como si estuviéramos consternados por la acción, seguimos con el deseo de contar a otros lo que sucedió. Esto significa que estamos chismeando, y es precisamente en contra de eso que se nos advierte, porque esta conducta generará contiendas, aun entre amigos cercanos. Después de todo, si un amigo tuyo tiene una caída, ¿qué clase de amigo eres, si vas por allí contándoselo a otros?

En cambio, se nos advierte que debemos “cubrir” la falta. Sin embargo, esto no implica que debamos esconder el pecado, actuar como si nunca hubiera ocurrido, como si la persona nunca hubiese hecho nada malo. El pecado que está encubierto todavía está presente, pero escondido. En realidad, en esta expresión, la palabra hebrea para “cubrir” tiene la connotación específica de “perdonar” (Sal. 85:2; Neh. 4:5). El amor, y no el chisme, debe ser nuestra respuesta a la equivocación de una persona.

Lee Proverbios 17:17 y 1 Corintios 13:5 al 7. ¿De qué modo el amor ayuda a afrontar la equivocación de un amigo?

Uno no ama a su cónyuge o a un amigo porque sean perfectos: los amamos a pesar de sus errores y fallas. Solo mediante el amor aprendemos a no juzgar a otros porque, a causa de nuestras propias faltas y errores, podemos ser tan culpa bles como ellos. En cambio, podemos lamentarnos con ellos por lo que hicieron y procurar, de cualquier manera en que podamos hacerlo, ayudarlos a superar la situación. Después de todo, ¿para qué están los amigos, si no para esto?

Piensa en una ocasión en que te equivocaste mucho y te perdonaron, te ayudaron y te consolaron. ¿Qué te dice esto acerca de cómo debes comportarte con otros?