“Muchos hombres proclaman cada uno su propia bondad, pero hombre de verdad, ¿quién lo hallará?” Prov. 20:6

La Prueba de la Vida

lunes 16 de febrero, 2015

“Sus obras con ellos siguen”, dice Apocalipsis 14:13 acerca de la recompensa de los justos. Solo el futuro testificará del valor real de la persona individual. La gente puede jactarse ahora de su riqueza, su conocimiento, su destreza física, y tal vez todo eso sea cierto. Pero ¿qué significa eso a la vista de Dios? Muchas veces las características, las realizaciones y los actos que los seres humanos presentan como importantes o impresionantes demuestran ser escoria sin sen tido, como realmente son. Después de todo, considera algunos personajes despreciables, a menudo en la industria de los entretenimientos, que casi son adorados por sus fanáticos seguidores. Lo que idolatramos y adoramos presenta un poderoso testimonio de cuán caídos estamos.

Lee Proverbios 20:6 (ver también Jer. 9:23, 24; Mar. 9:35). ¿Qué nos dicen estos textos acerca de lo que es de valor verdadero para Dios?

No es un acto único y sensacional de amor o sacrificio lo que demostrará la elevada calidad de nuestras relaciones, sino la larga y constante serie de pequeñas acciones que realizamos cada día, paciente y regularmente. La comida diaria servida a tu cónyuge, la atención constante a un padre enfermo, el es fuerzo persistente en tu trabajo; todos esos humildes actos a lo largo de la vida son evidencia de que tu fe es auténtica. La fidelidad duradera es más valiosa que los actos de amor, intensos pero poco frecuentes.

Este principio es también verdadero en nuestra relación con Dios. Es más difícil y más valioso vivir para Dios que morir por él, si no fuera por otra razón de que vivir lleva más tiempo que morir. El santo que vive para Dios es mayor que el mártir que muere por él. Cualquiera puede pretender creer en Dios y servirlo; el asunto es ¿cuánto tiempo dura? O, como dijo Jesús: “Mas el que per severe hasta el fin, este será salvo” (Mat. 24:13).

¿De qué modo, mediante la paciencia, la bondad y una disposición de atender a las necesidades de otros, puedes revelar a alguien algo del carácter de Cristo? ¿Cuán dispuesto estás a hacer esto, no importa cuánto te pueda costar?