“Bienaventurados los pobres en espíritu, porque de ellos es el reino de los cielos” Mat. 5:3

Las acciones de los arrogantes

miércoles 18 marzo, 2015

Así como la humildad es positiva y trae consigo bendiciones, una falta de humildad es peligrosa y trae consigo maldiciones. Después de exaltar la virtud de la humildad mostrando sus recompensas y frutos, Proverbios 30 plantea una severa advertencia acerca de los peligros que vienen con el orgullo.

Maldecir a tus padres (Prov. 30:11, 17). Agur comienza con esto, pues representa el acto más serio de arrogancia: que los hijos desprecien la fuente de su vida. Es significativo que honrar y bendecir a los padres es el único mandamiento asociado con la promesa de vida (Éxo. 20:12; Efe. 6:2, 3), mientras se prescribía la pena de muerte por su transgresión (Éxo. 21:15, 17).

Justicia propia (Prov. 30:12, 20). La condición de los pecadores que se creen justos es mala, porque permanecerán en su pecado, creyendo que son puros y que no necesitan perdón. Por esto la confesión del pecado es tan fundamental para obtener perdón (1 Juan 1:9). A los laodicenses, que pretenden ser ricos, inteligentes y bien vestidos (aunque no se dan cuenta de que son pobres, ciegos y desnudos), se les aconseja que adquieran de Dios los medios para reparar su condición miserable (Apoc. 3:14-18).

“Aquí se representa a los que se enorgullecen de sí mismos por su posesión de conocimiento y superioridad espirituales. Pero no han respondido a las bendiciones inmerecidas que Dios les ha conferido. Han estado llenos de rebelión, ingratitud y olvido de Dios; y todavía él los ha tratado como un padre amante y perdonador trata a un hijo ingrato y descarriado. Han resistido a su gracia, han abusado de sus privilegios, han menospreciado sus oportunidades, y se han conformado con hundirse en la satisfacción, en la lamentable ingratitud, el formalismo vacío y la insinceridad hipócrita” FO 84, 85

Desprecio (Prov. 30:13, 14). El cuadro que se presenta de los arrogantes no es lindo. Aunque tienen una mirada orgullosa, la arrogancia no se queda allí: se manifiesta en el desprecio hacia los que piensan que están por debajo de ellos. Las imágenes de “dientes” y “muelas” (“espadas” y “cuchillos”, Prov. 30:14) muestran cuán malas son sus acciones.

Piensa en cómo has tratado a otros, especialmente a aquellos que sientes debajo de ti (la mayoría de nosotros tuvimos estos sentimientos alguna vez, ¿verdad?). ¿Cómo puedes corregir eso? ¿Cómo puedes demostrar la humildad necesaria para corregirlo?

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