“No des a las mujeres tu fuerza, ni tus caminos a lo que destruye a los reyes. No es de los reyes, oh Lemuel, no es los reyes beber vino, ni de los príncipes la sidra” Prov. 31:3, 4
Ella se preocupa
Lee Proverbios 31:26 al 31. ¿Qué otras características importantes se ven en esta mujer? ¿Por qué son tan importantes para todos nosotros, no importa quiénes seamos?
Como vimos a lo largo de este trimestre, se pone un gran énfasis en las palabras, en lo que decimos. La mujer es conocida por su sabiduría y por su bondad. Están relacionadas. Después de todo, ¿no podría alegar uno que la bondad es otra forma de sabiduría, especialmente cuando entendemos que la sabiduría no es apenas lo que conocemos sino lo que decimos y hacemos?
Nota, además, la frase “la ley de clemencia”. Es decir, la clemencia o bondad no es solo un atributo pasajero que escapa de su boca de vez en cuando. Es una ley, un principio de su misma existencia. ¡Cuán poderoso sería si la “ley de clemencia” guiara todo lo que sale de nuestra boca!
Lee Proverbios 31:30. ¿Qué punto importante se revela aquí, que a menudo se olvida?
Demasiado a menudo las mujeres son evaluadas únicamente en términos de apariencia exterior; esa es una característica superficial y poco profunda. La Biblia señala cuán “vana” y cuán vacía es esa actitud, en última instancia. La verdadera belleza de esta mujer se encuentra en su carácter y cómo ese carácter se manifiesta en su vida y tareas. La belleza siempre pasará; el carácter puede perdurar por la eternidad. “Un gran nombre entre los hombres es como letras trazadas en la arena; pero un carácter sin mancha perdurará para toda la eternidad” MGD 81
¿En qué aspectos de tu carácter necesitas ver una mejoría? Orar acerca de ello está bien, pero ¿qué pasos concretos y positivos debes dar para ver un crecimiento?