"Porque nada hay imposible para Dios" Luc. 1:37

UN INFORME ORDENADO (LUC. 1:1-3; HECH. 1:1-3)

domingo 29 de marzo, 2015

Hechos 1:1 nos dice que, antes de escribir Hechos, su autor escribió un “primer tratado”. Esto, y el que ambos fueran dirigidos a Teófilo, ayuda a que concluyamos que un mismo autor fue responsable de ambos libros. Los dos informes pueden considerarse como las partes 1 y 2 de “El origen y la historia de la iglesia cristiana”. La parte 1 (el Evangelio de Lucas) es una narración de la vida y la obra de Jesús, y la parte 2 (Hechos de los apóstoles) es un relato de la difusión del mensaje de Jesús y de la iglesia primitiva.

¿Cómo se escribió este Evangelio? Luc. 1:2, 3; 2 Tim. 3:16.

Lucas sabía que muchos habían escrito acerca de los eventos que sacudieron la ciudad de Jerusalén respecto de Jesucristo. Las fuentes de tales obras literarias incluían a muchos “testigos presenciales y servidores de la palabra” (Luc. 1:2, NVI), una referencia clara a los discípulos y a otros contemporáneos de Jesús. Lucas mismo estuvo expuesto a estos testigos y ministros (como Pablo y otros dirigentes apostólicos) y, posiblemente, también a los evangelios escritos por Marcos y Mateo. Obviamente, Lucas no fue un testigo de la historia de Jesús, pero fue un converso auténtico y creíble de Cristo.

Mateo escribió a un público judío, presentando a Jesús como el gran Maestro, el cumplimiento de la profecía y el Rey de los judíos. A menudo se refirió a las profecías del Antiguo Testamento cumplidas en Cristo. Marcos escribió acerca de Jesús a una audiencia romana, la persona en acción. Lucas, médico y gentil, escribió para los griegos y los gentiles acerca del Jesús universal, el Salvador del mundo. Lucas menciona que el propósito de su escrito es doble: presentar “en orden la historia” (Luc. 1:3) y proporcionar certeza de las grandes enseñanzas de esa era nueva. La verdad como es en Jesús es una de las metas de su Evangelio.

Lucas, un autor inspirado de la Escritura, usó otros materiales al escribir. Esto es muy interesante, y el uso de otras fuentes no niega la inspiración o la autoridad de lo que escribió. ¿Qué lecciones hay en esto para nosotros, como adventistas, con respecto a la manera en que la inspiración, canónica o no canónica, actúa sobre los escritores inspirados?