“Es necesario que el Hijo del Hombre sea entregado en manos de hombres pecadores, y que sea crucificado, y resucite al tercer día” (Luc. 24:7).

“QUE SE CUMPLIESE TODO”

jueves 25 junio, 2015

Lucas 24:13 al 49 nos cuenta acerca de los eventos posteriores a la resurrección de Cristo. Los diversos encuentros ¿cómo ayudaron a estas personas a comprender lo que le había ocurrido a Jesús, y por qué eso es muy importante, aun para nosotros hoy?

La resurrección de Jesús debería haber sido evidencia suficiente para demostrar que Jesús era el Mesías. Golpeado brutalmente antes de ser crucificado, y finalmente traspasado, Jesús fue puesto en una tumba. Aun si, como algunos ridículamente sugirieron, él hubiese sobrevivido a la cruz y a la sepultura, el Jesús ensangrentado, golpeado y debilitado, que de algún modo hubiese salido vacilante de la tumba, no habría sido un Mesías victorioso.

No obstante, allí estaba Jesús, vivo y fuerte como para caminar unos cuantos kilómetros con los dos hombres en camino a Emaús. Y, antes de revelar quién era, Jesús les señaló las Escrituras, dándoles un fundamento bíblico firme para su fe en él.

Entonces, cuando apareció a los discípulos, les mostró su carne, comió con ellos y, además, los dirigió a la Palabra de Dios: “Así está escrito, y así fue ne- cesario que el Cristo padeciese, y resucitase de los muertos al tercer día; y que se predicase en su nombre el arrepentimiento y el perdón de pecados en todas las naciones, comenzando desde Jerusalén. Y vosotros sois testigos de estas cosas” (Luc. 24:46-48).

Jesús no solo señaló las Escrituras (además de la evidencia de que él estaba realmente vivo y entre ellos); también las usó para ayudarlos a entender lo que le había sucedido. Además, vinculó su resurrección con la misión de predicar el evangelio a todas las naciones.

Aun con todas las poderosas evidencias que probaban quién era Jesús, él siempre señalaba a sus seguidores que fueran a la Palabra de Dios. Después de todo, sin la Palabra de Dios entre nosotros hoy, ¿de qué otra manera podríamos conocer nuestra misión de predicar el evangelio al mundo? ¿De qué forma sabríamos qué es el evangelio? La Biblia es tan central para nosotros hoy como lo fue para Jesús y sus discípulos.

¿Cuánto tiempo pasas con la Biblia? ¿Cómo impacta ella tu manera de vivir, las elecciones que haces y el modo en que tratas a otros?

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