“Porque si callas absolutamente en este tiempo, respiro y liberación vendrá de alguna otra parte para los judíos; mas tú y la casa de tu padre pereceréis. ¿Y quién sabe si para esta hora has llegado al reino?” (Est. 4:14).

ESTER EN PERSIA

domingo 2 de agosto, 2015

Lee Ester 1:2 al 20. ¿Qué sucede aquí? Desde nuestra perspectiva, ¿qué cosas son difíciles de entender en esta historia? (Al leer, recuerda que no se presentan muchos detalles.)

El banquete de toda una semana que dio el rey Asuero a sus nobles y oficiales parece extravagante, aun para alguien que esté en el pináculo del poder, y fue mucho más allá de todo lo que la mayoría de los cristianos encontrarían aceptable. El consumo irrestricto de alcohol (Est. 1:7, 8) era poco usual, porque beber durante las antiguas fiestas formales era generalmente controlado por convenciones y ritos. En este caso, nubló el juicio del Rey hasta el punto de ordenar que su esposa Vasti proveyera entretenimiento en una reunión de hombres ebrios. Esto estaba muy por debajo de su dignidad como mujer casada y como miembro de la familia real. Cualquiera que haya sido su respuesta, ella afrontaba el dilema de perder su condición, pero su valiente decisión de mantener su estima propia frente a los bajos deseos de un gobernante autocrático nos ayuda a comprender el poder para el bien que puede ejercer una mujer de principios, aun en una corte real dominada por hombres.

Pero, también tenemos que tomar en cuenta las acciones de Ester. En Ester 2:3 se da a entender que estas mujeres no eran voluntarias. El Rey promulgó un decreto, y Ester tuvo que ir. Si hubiera rehusado, quién sabe cuál habría sido el resultado.

Lee 1 Corintios 9:19 al 23. ¿De qué modo podemos aplicar los principios que se ven aquí a lo que sucedió con Ester? ¿O no se aplican a este caso?

Hasta aquí, la verdadera heroína en el relato es Vasti, que luego desaparece de la historia. Su modestia y su defensa de los principios abrieron el camino para Ester. No obstante, el defender principios no siempre conduce a un bien obvio. Entonces, ¿por qué debemos defender principios, aun sin saber cuál será el resultado de nuestras acciones?