“Porque si callas absolutamente en este tiempo, respiro y liberación vendrá de alguna otra parte para los judíos; mas tú y la casa de tu padre pereceréis. ¿Y quién sabe si para esta hora has llegado al reino?” (Est. 4:14).

CUANDO LOS GENTILES SE HICIERON JUDÍOS

jueves 06 agosto, 2015

Lee Ester 8. Concéntrate especialmente en el versículo 17. ¿En qué sentido se puede entender esto en términos de proclamación y testificación?

No hay dudas de que el libro de Ester no es una historia “típica” acerca de proclamación y testificación. Y, no obstante, podemos ver que algo similar a este escenario sucederá hacia el fin de los tiempos. Como resultado del edicto del Rey en favor de los judíos, “muchos de entre los pueblos de la tierra se hacían judíos, porque el temor de los judíos había caído sobre ellos” (Est. 8:17). Algunos comentadores alegan que esto no pudo haber sido una experiencia de conversión verdadera, ya que el temor y la ansiedad no deben tener lugar en la evangelización. Aunque eso es cierto, ¿quién sabe si a la larga, estas personas, cualesquiera que hayan sido sus motivos al comienzo, respondieron a la obra del Espíritu Santo, especialmente después de ver las grandes diferencias entre sus creencias y las creencias y adoración del verdadero Dios?

Lee Romanos 1:18 al 20. ¿De qué modo el concepto que aparece aquí pudo haber estado presente entre los persas, especialmente en el contexto de esta historia?

En el decreto original contra los judíos, no solo ellos debían ser matados, sino también decía que, quienes lo hacían, podían “apoderarse de sus bienes” (Est. 3:13). Y, cuando les dio permiso a los judíos para matar a sus enemigos, se les dijo que podían “apoderarse” de los bienes de estos (Est. 8:11). Sin embargo, tres veces en el libro de Ester (9:10, 15, 16) se dice específicamente que los judíos “no tocaron sus bienes”. Aunque los textos no dicen por qué no lo hicieron, el hecho de que se menciona tres veces demuestra el énfasis que se dio a este acto. Lo más probable es que se abstuvieron porque querían que se supiese que estaban actuando en defensa propia, y no por codicia.

¿Cómo podemos estar seguros de que, en nuestra proclamación y testificación, no estamos haciendo nada que lleve a otros a cuestionar nuestros motivos? ¿Por qué esto es tan importante?

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