“Entonces Jesús les dijo otra vez: Paz a vosotros. Como me envió el Padre, así también yo os envío” (Juan 20:21).

LA GRAN COMISIÓN

jueves 13 agosto, 2015

Jesús pasó los cuarenta días entre su resurrección y su ascensión, principalmente, preparando a los discípulos y a su iglesia para la evangelización mundial. El informe de su ascensión mejor conocido y más citado es el de Mateo. Sin embargo, durante este período hubo otras ocasiones en las que el Cristo resucitado pudo dar detalles adicionales de la Comisión Evangélica. Hubo dos apariciones en Jerusalén, dos en Galilea (una junto al mar de Tiberias, una sobre un monte) y la reunión registrada en Hechos (1:1-14).

Hay seis momentos en los evangelios en los que se presenta la Gran Comisión desde diversos ángulos: sobre un monte en Galilea (Mat. 28:18-20); junto a una mesa (Mar. 16:15-20); en el camino a Emaús (Luc. 24:13-31); en el aposento alto (Juan 20:19-31); en la playa (Juan 21:4-25); y cuando fue llevado al cielo (Hech. 1:1-11). ¿Qué puntos clave tienen en común todos estos incidentes?

Bajo el poder del Espíritu Santo y obedeciendo las palabras de Jesús, los apóstoles rápidamente se esparcieron por el mundo antiguo. Pablo predicó al norte del Mediterráneo; Felipe trabajó en Samaria. De acuerdo con antiguas tradiciones cristianas, Mateo viajó a Etiopía; y Tomás, a la India.

Aunque el comienzo fue pequeño y con mucha oposición, por medio de la gracia del Señor estos fieles seguidores pudieron esparcir el mensaje del evangelio al mundo. Cualesquiera que hayan sido sus faltas, debilidades, temores, dudas o luchas, aceptaron el llamado y trabajaron por la salvación del mundo. Es decir, lo que aprendieron acerca de Jesús, lo que recibieron de Jesús, procuraron compartirlo con otros. ¿Acaso el cristianismo no trata precisamente de eso?

¿Qué has recibido de Cristo? ¿De qué modo tu respuesta a esta pregunta (lo que recibiste) debería influir en tu actitud hacia la testificación y la misión a otros?

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