LA CONVERSIÓN DE CORNELIO - I
Lee Hechos 10:1 al 8, y 23 al 48. Esta historia, sobre la manera en que alguien llegó a ser un seguidor de Jesús, ¿qué nos enseña acerca de la salvación y la testificación?
La conversión de Cornelio, un oficial pagano del ejército romano, ha sido llamada el “Pentecostés gentil”. Es una historia crucial en Hechos, y atiende el problema más decisivo que afectaba a la iglesia primitiva: ¿puede un gentil llegar a ser cristiano sin primero ser judío?
Las oficinas del ejército romano para toda Judea, incluyendo Jerusalén, estaban en Cesarea. Cornelio habría sido uno de los seis centuriones que comandaban los seiscientos soldados que constituían la cohorte italiana con base allí. Su nombre indica que era descendiente de una ilustre familia militar romana, de la que provenía el comandante que había derrotado a Aníbal, un general cartaginés que había sembrado destrucción contra Roma durante años. Pero, más importante es que Cornelio temía a Dios, gozaba de un compañerismo espiritual con su familia, oraba con regularidad y era generoso con los necesitados. Dios escuchó sus oraciones y le envió a un ángel con un mensaje especial.
“Al considerar a Dios como Creador de los cielos y la Tierra, Cornelio lo reverenciaba, reconocía su autoridad y buscaba su consejo en todos los asuntos de la vida. Era fiel a Jehová tanto en su vida familiar como en sus deberes oficiales. Había erigido un altar a Dios en su hogar, pues no se atrevía a intentar llevar a cabo sus planes ni desempeñar sus responsabilidades sin ayuda divina” (HAp 109).
Nota, también, lo que sucedió cuando Cornelio finalmente se encontró con Pedro. Se inclinó y lo adoró, un acto que debió de haber sorprendido a Pedro. Podemos ver que este gentil, un hombre devoto favorecido por Dios, todavía tenía mucha verdad que aprender, aun en el nivel más básico, y estaba, sin duda, deseoso de aprender.
¿Cuáles son algunas de las características que tenía Cornelio, aun en su ignorancia, que haríamos bien en seguir en nuestra propia vida espiritual?